Mi inesperada familia del corazón

Black....Madame Black

Hermione, Draco y Ron, bajaban a toda prisa por las escaleras.

El castillo estaba en ruinas. Hasta en los más recónditos rincones se podían escuchar gritos desesperados.

Estudiantes de todas las edades, corrían frenéticos tratando de salvar sus vidas.

Aquello era un caos total.

— ¡Chicos! Tenemos que llegar cuanto antes al patio—le dolía todo el cuerpo, pero seguiría luchando hasta el final. Todavía no se había cruzado con Bella y su preocupación aumentaba a cada minuto.

— ¡Tenemos que encontrar a Ginny!—jadeó el rubio, saltando una roca que le impedía el paso.

— ¿A Ginny? ¿Y desde cuándo te preocupas por mi hermana?— Ron corría a la par, esquivando las columnas hechas añicos.

—Desde que nos comprometimos—especificó no dándole importancia al hecho que nadie lo sabía aún. Ni siquiera su madre.

— ¿QUEEEEEEEEE?

— ¿Y cuándo me lo pensabas contar, Draco Black?—chilló enfadada, apartando a unos niños de primer grado.

—Supongo que ahora.

— ¡Tú no estarás con mi hermana! ¿Me entiendes? Si salimos vivos de esta... ¡Te mato!—amenazó el pelirrojo, encolerizado.

— ¡Supéralo, comadreja! Y este no es el momento adecuado para tener esta conversación, ¿no te parece?

Ya estaban llegando a la puerta. Corrieron los últimos metros, y se pararon de golpe al ver la aglomeración de gente.

Al frente... de pie, en los peldaños de la entrada, Dumbledore observaba como Voldemort acompañado por sus mortífagos avanzaba por el puente.

— ¿Quién es? ¿A quién carga Hagrid?—Ron se adelantó para mirar mejor— ¿Hermione, quién es?— preguntó desesperado.

El señor tenebroso se situó en el centro del patio y con una sonrisa siniestra dio la fatídica noticia.

— ¡Harry Potter...está muerto!

— ¡NOOOOOOOOOO!—el pelirrojo se soltó del agarre de su amiga, he intento correr en dirección a Hagrid que sostenía a Harry en sus brazos, pero Dumbledore lo detuvo.

— ¡Silencioooo! ¡Niño tonto! ¡Harry Potter, murió! A partir de hoy, tú fe...estará mejor...conmigo—se dio la vuelta para mirar a sus súbditos— ¡Harry Potter! Murió...Siiiiii—Todos comenzaron a reírse, enfermizamente.

Hermione y Draco, quedaron en shock. No podía ser. Habían perdido.

"Esto era una locura"

La castaña buscó con su mirada a Bellatrix, desesperada, y la divisó entre la multitud de asesinos. Parecía como si lo estuviera disfrutando de lo lindo ¿Habría sido todo una trampa? Tal vez, Bella la había engañado diciéndole que la amaba, sólo para llegar a Harry antes de tiempo. La observó un momento más y vió como seguía riéndose y burlándose de la muerte de su amigo, sin importarle nada.

— ¡Esto no ha terminado, Tom!—Dumbledore se adelantó unos metros, dispuesto a enfrentársele. Sin Harry, las posibilidades de salir victoriosos no estaban a su favor, pero lucharía con todas sus armas para proteger a sus estudiantes.

— ¡Oh! Ya veo..., darás batalla—se le río en la cara—. No esperaba menos—y elegantemente se puso en guardia.

— ¡Sí, Tom, esto no ha terminado!—Harry se soltó de los brazos del semi gigante, ante el asombro de todos y gritó apuntando su varita—. ¡CONFRINGO!