Juego Peligroso

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Bella se levantó como resorte al divisar que alguien estaba a su lado.

— ¡Auch!—la cabeza le estallaba. ¿Pero qué demonios? ¿La impura durmiendo conmigo? ¿Qué es esto, una broma de mal gusto? Y de repente, como un baldazo de agua fría, recordó "TODO"

No, no puede ser. Ella borracha. Ella cayéndose. Ella... ¿sonriendo? Ella dejándose desnudar por... No, no, no, no puede ser cierto. Miró a la chica durmiendo y sinceramente no sabía si matarla, mutilarla o....

Mejor fingiré que no recuerdo nada, eso será lo más astuto ¿Granger gusta de mí? ¿Y desde cuándo era Granger y no sangre sucia? Esto está mal, muy mal ¿Estaré perdiendo facultades?... ¿Y ahora qué? , se preguntó, parada al costado de la cama mirando a la joven ¡Y ahora nada, Bellatrix! La despiertas y la hechas a patadas, se reprendió con frialdad. Eres una asesina, torturadora, sádica y adoradora del lado oscuro, pero... Inclinó su cabeza para apreciar mejor el rostro juvenil. Mocosa estúpida, a mí nada me detiene.

Sin pensárselo, tomó el colchón por el borde y lo levantó de golpe. Hermione rodó y cayó, impactando de cara sobre el suelo.

—Ayyyyyyyyy.... ¿Pero...qué...?— ¿se había dormido? Sí. ¡Me dormí! ¿Por qué tengo qué ser tan tonta? Se incorporó lentamente. Estaba aterrada y por supuesto, esperaba lo peor.

— ¿Qué...haces...aquí?—masculló amenazante, acercándose despacio.

—Yo, yo, yo... puedo explicártelo—el cuerpo le temblaba sin control, pero no tanto por el miedo en sí. Era más bien por haber arruinado la mejor noche de su vida, por culpa de su irresponsabilidad.

— ¡LARGOOOO!—gritó señalando la salida.

No tuvo que repetirlo dos veces. La castaña desapareció a toda velocidad, cerrando la puerta tras ella.

¿Eso es todo? ¿Sólo un largo?, se preguntó agitada y totalmente confusa. No la había insultado, ni le había hecho daño ¿Recordaría algo? No, si no, no me hubiera preguntado por qué me encontraba con ella en la cama, razonó lógicamente.

Regañándose por novena vez, por haberse quedado dormida, fue hasta la cocina para prepararse el desayuno. Que noche Merlín, que noche, sonrío más calmada.

Estaba preparando unos huevos revueltos, recordando cada detalle, cada palabra, cada gesto, cuando de repente....

— ¿Por qué tú puedes entrar y yo no?

—¡Aaaaaaa!—saltó en su lugar, derramando parte de la comida por todos lados. Esa mujer la iba a matar. ¡Si no era de amor!, estaba segura que sería de un ¡infarto!

—No lo sé, ya te lo dije anoche—contestó tomándose el pecho. Había salido de la habitación ¿Qué se proponía ahora? Esta era su oportunidad. Le hablaría como si nada hubiera pasado. Así entablaría una conversación, aunque fuera mínima.

—Bien, no me interesa—bufó—. De todos modos yo no cocino— y cruzándose de brazos, agregó—. Por lo visto, él que nos metió aquí tenía una intención...y no tengas dudas que lo descubriré y luego lo mataré... lentamente—dijo pausado y con media sonrisa, dejando en claro que no se tragaba por completo que Hermy no estuviera involucrada—. Pero por lo pronto, como no sabemos cuánto tiempo estaremos en esta asquerosa casa, tengo derecho de usarla a mi antojo. Hoy comeré en el jardín.

—Me parece bien—genial, la vería todos los días, pero tenía que parecer desinteresada y lo estaba logrando, pero sus ojos no mentían, brillaban de emoción. Lo que no supo, fue que Bella lo había notado de inmediato— ¿Quieres qué te prepare algo en especial?

Esta cría me desconcierta. Hay algo fascinante en ella pero... ¿Qué? Aunque no lo admitiría ni bajo cien crucios, la castaña tenía algo que no lograba descifrar. ¡Ya sé! Jugaré con ella y luego la mataré ¡Sí, eso haré!

— ¡A ti!— contestó impávida, pero mentalmente se estaba muriendo de la risa. Veía la reacción que había provocado en la muchacha y se felicitó por ser tan ingeniosa. ¡Perfecto!... juguemos, por lo menos me tendrá ocupada hasta que encuentre la manera de salir de esta apestosa pocilga. Sin saber que esa "apestosa pocilga" pertenecía a una de sus hermanas.

Hermione quedó paralizada. Esto se está tornando peligroso ¿Era una amenaza? ¿Me querría a mí de verdad? No, no, imposible...Mil preguntas le rondaban en su cabeza y por primera vez en su vida, la originalidad que siempre la caracterizaba como un libro abierto, se desvaneció como humo. Y sólo pudo decir...—. T...te... haré una ensalada de frutas ¿Está bien?

— ¡Cómo quieras!—levantó su mentón arrogante y salió al jardín con paso firme.

Tranquila, ya se fue. Se apoyó en una de las paredes para poder respirar mejor. ¿Qué fue eso? ¿Acaso seguiría borracha? No, no podía ser ¿Y sí le sigo el juego? Lo más probable es que me mate ¿Pero qué opciones tengo? O le sigo el juego o me quedo en el molde, corriendo el riesgo de que me asesine por puro aburrimiento. Se enderezó, tomó la bandeja con la poción de la resaca y con paso decidido salió de la cocina. Muy bien, aquí vamos...

— ¿Me trajiste tortilla?—arrastró las palabras mirándose las uñas mientras apoyaba sus pies sobre la mesa, frente a ella.

— ¿Para qué quieres otra...si aquí mismo, ya hay dos?— ¿lo dije? ¡Sí, lo dije! La traté de tortillera ¡Ay Merlín! Se sonrojó visiblemente.

Bellatrix sonrío de lado, pero no la miró en ningún momento.

"El juego había comenzado"

Mi inesperada familia del corazónWhere stories live. Discover now