♧N°1♧

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¡Todas aman a la señora rosa!
Un dulce momento.
Un día esperado.
Una joya arrebatada.

Cuando se es niña, la imaginación fragante de inocencia conspira salvajemente con el corazón. Sonrisas, colores y príncipes.
Vamos, ¿a quién no le sucede?
Estoy segura de ser una víctima de mí misma, porque de otra manera, no podría consolarme.

Cuando se es adolescente, las paredes son demolidas y otras son construidas.
Ha llegado la osadía de la acción a socavar a los sueños tiernos.
Qué épico momento.
Nuevos halagos, nuevas palabras, nuevos anhelos.

¡Todo un mundo por descubrir, pensaba!
El parentesco formidable entre la niñez y la adolescencia, es la obstinada creencia de los inmortales días buenos.
Se nos enseñó a darle la espalda al gris y sus fantasmas inevitables. Adultos egoístas.

Dando manotazos contra el viento fugaz, así se sintió ese día cuando todo sucumbió.
Una mirada cautivó.
Una sonrisa engañó.
Una mano se posó…
Frente a frente, ése era el momento. Mi alma se desnudaría junto a mí y ese continuo suspiro al fin sería saciado…

Y fueron las réplicas y el resentimiento que me consumieron
al día siguiente quienes me marchitaron, justo en el segundo
en que las mismas manos que acariciaron mis sueños el día anterior se entrelazaban con otra frente a mí.

Oh, ahí conocí al señor gris, similar a una bruma espesa y fría que se asentó en mis huesos vacilantes.
Ese día saboreé la verdad que se me fue negada.
Bienvenido, dulce gris.

~D. S. Vásquez~

 Vásquez~

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Of tears and broken soulsWhere stories live. Discover now