♧N°18♧

12 3 1
                                    

Luna


Éramos el cielo y yo.
Apareciste una noche trepado al árbol junto a mi ventana, esbozando una sonrisa de aquellas que son inmortales.
Tan sólo saludaste y miraste a mi mejor amigo, el cielo.
Supe al instante que me agradarías.

Eras el nieto de mis vecinos, no entendía porqué no te conocí antes.
Me visitabas sin falta cada noche, el encuentro de dos almas contemplando con amor el enigma del universo.
Días, meses, dos años.

Un día, sin previo aviso estabas sentado en mi ventana, tus ojos miel nadando en mí curiosos...
Me acerqué intrigada, esperando muchas cosas.
No acerté ninguna.
¿Pero cuando lo qué esperábamos nos encontraba?

Tomaste mi mano, acercándola a tú mejilla.
Se acoplaron perfectamente, he ahí tú sonrisa... Me soltaste y te fuiste sin decir palabra.

Uno, dos, tres... Siete días sin saber de ti.
El octavo día te esperé hasta medianoche. Nada.
Mis esperanzas casi evaporadas y yo decidimos dormir.
Segundos después escuché tu voz, llamándome casi en un ronroneo... "Luna".

"Lee" respondí levantándome de golpe, eras tú, ¡de verdad eras tú!
Corrí rápido a abrazarte, te sorprendí, nunca lo había hecho.
No hice preguntas, no quería pelear.
Era feliz y tú también.

Mientras reíamos te enseñé mi estrella favorita, apartada y refulgente.
Tu sonrisa se amplió.
"Ahora sé dónde encontrarte" dijiste.
No pude preguntarte a qué te referías porque apagaste mis dudas con un beso.

Todo se congela...
Todo arde...
El todo al fin había encontrado su sentido.

El instante se transformó en horas.
Embriagada.
Transformada.
Te quedaste conmigo, abrazándome con suavidad hasta quedarme dormida.
Escuché tu "te quiero".
Los poderosos brazos del sueño sólo me dejaron sonreír.
 
Desperté, no estabas allí.
El sol se asomaba y mi corazón daba a luz una angustia creciente.
Revisé mi teléfono, habías tomado fotos de mí dormida, las enviaste a un número desconocido.

"Para el final" escribiste en la descripción.
La ira maldecía, las lágrimas rogaban.
¿Donde estabas?
Te quería.
Te extrañaba.
Quería gritarlo.
El grito debía viajar hasta el último rincón, cada galaxia, planeta y estrella debía enterarse.

Al salir hallé a tú abuela sentada en el jardín, me acerqué asustada.
"Lee" estaba escrito con rosas blancas.
Eran tus favoritas.

Ella alzó su dulce mirada castaña, ahí me atravesó, la verdad me engullió desde adentro.
"¡NO!" vociferé destruida.
Asintió con paz, su sonrisa destilando amor.
"No es verdad, no es divertido... ¡No! Maldición, Lee. ¡Ya sal! Te quiero" empecé a llorar.

El enigma se había completado.
El universo había conspirado.
"Mi Lee quería que supieras que tú rostro fue lo último que vió antes de partir".
Me abrazó fuertemente.
¿A quién le importaba llorar una eternidad?
Me sentí miserable en tan pocos segundos.

Ella me contó la verdad.
Tenías cáncer...
¿Cual fue tú deseo?
No recibir tratamiento y vivir con tus abuelos el resto de tus días.
¿Era tu expresión pacífica y sabia producto del cáncer o era el destello de tu alma?
Tenías un diario, mi nombre estaba en todas partes, y el tuyo también, en el diario de mi espíritu.
Cayó la noche, escuchaba tu voz por todos lados.
Mis ojos imploraban un descanso de las lágrimas, mis padres me dejaban en paz muy preocupados por mí.

Una corriente de aire se filtró en mi cuarto, erizando mi piel.
Me asomé a la ventana.
Mi viejo y leal mejor amigo centelleaba ante mi llegada, mi sonrisa era triste.
Volvíamos a ser el cielo y yo...
Alto.

Junto a mi estrella favorita, había nacido otra estrella. Ésa... Ésa estrella me miraba fijamente.
"Te encontré" susurró el viento. 🌻

Este es uno de mis preferidos, espero lo hayas gozado♡

Att: S

Of tears and broken soulsWhere stories live. Discover now