♧N°39♧

5 2 0
                                    


Niñez.
¿Quién no la añora?
Probablemente alguien con experiencias innombrables, o que preferiría no recordar.
Siendo realistas, todos tenemos un acontecimiento vergonzozo
o desagradable
que dadas las circunstancias
eliminaríamos de la historia
de nuestra vida
si pudiéramos.

¿Alguna vez te molestaron
por
ser diminuto
o callado?
A mí sí.
La timidez a veces es patológica,
no lo planeas
ni mucho menos la controlas,
solo brota por los poros de tú piel
dejándote en blanco sin piedad.
Suelen decir
que los adultos son crueles,
cuando la verdad es
que los niños
llegan a ser tanto o aún más malvados
que ellos.

《¿No hablas?》
Clásica interrogante
que todos deberían ignorar.
Porque estarán aguijoneándote
tan solo por el hecho de respirar cerca de ellos,
hablar o no realmente no afecta su condición.
Hacerte daño de alguna forma u otra
es el objetivo de un bravucón.

《¿Te defiendes?》
Carajo, todos tocamos el límite.
Presionan un botón en ti
incansablemente
que te hace reventar.
Y cuando lo haces,
su arrogancia
por haberte afectado aflora
como la mala hierba
para continuar irritando
exhaustivamente.

¿Como termina?
De eso te encargas tú.
No obstante, mi amigo,
abandona a su suerte al silencio
y párate firme.
Afronta
y
acuchilla
con tus ojos.
Sí, imita a Medusa
y conviértelo en piedra.
Aplica para todo.
Los ojos no son solo una ventana que deja entrar, sino también una fuente de poder.

Permíteme contarte mi anécdota,
querido lector.

Cuando estamos pequeños,
desarrollamos un amor temprano
hacia algo que nos conformará
por el resto de nuestra vida.
Yo no fui la excepción.
Leer, Dios, leer era lo mío desde entonces.
Me gustaba tanto
que hacerlo frente a todos
me llenaba de adrenalina.
Y sí, era la mejor en eso.

Un día en mi segundo grado
se acercó a mi salón una profesora en búsqueda de un alumno capacitado para leer excelente, fui la única en ofrecerme y,
para mí sorpresa, ella me despreció.
《¿Cuantos años tienes?》
《6 años》 respondí tranquilamente.
Miró al resto, volvió a mí, y suspiró con cansacio antes de dirigirse a la profesora.
《Es muy pequeña, no podrá transmitir nada. Elige un varón, de voz fuerte, así es mejor》.
Jamás había recibido un golpe
y ese contó como el primero de mi vida.
Ana, mi profesora, lo notó y habló de forma que sabías que no podías contradecirla.
《Si no te la llevas a ella, no será nadie. Es mi mejor lectora, ya encontrarás a ese varón tan capaz en otro salón. Lamento no poder ayudarte. Buen día》.
¿Boom? ¡Fue una maravilla!
Su cara larga antes de irse
me hizo sentir un poco mejor,
pese a lo herida que me sentía.
La profesora me llamó y les ordenó a mis compañeros que iniciaran la actividad.
Yo fui, y ella me sentó en sus piernas.
《¿Recuerdas lo que te digo siempre?》
Asentí, con ganas de llorar.
《No todos los adultos son inteligentes. No todos los niños son ignorantes》.
Me abrazó, dejándome llorar un poco.
Ella sabía lo mucho que me costaba interactuar con otras personas.
《En la vida, conseguirás niños, adolescentes y adultos que van a desafiar tus talentos y querrán lastimarte por ser niña, pequeña, tímida e incluso por ser brillante, ¿tú que debes hacer?》.
《Hacerme sorda y probarme a mí que soy brillante, porque oír al resto es sentir, y si es para dañarme no vale la pena tratar de entenderlos》.

Mi querido lector,
fue uno de los mejores
días de mi vida.
¿Por qué?
Comprendí en menos de diez minutos
que no se trataba de hacer algo grande para el mundo, sino para mí.
Yo misma sería mi obra de arte.
Mi jugada.
Mi canción.
Mi libro.
Cada todo existente.
Y el resto, solo me ayudaría a construir.
Ahora que me entiendes,
por favor no lo olvides.

Dedicado a Ana Camacho y a todas mis profesoras de primaria por jamás dudar de mí y ayudarme a entender tanto, siempre las llevo conmigo♡

P.d: es el segundo favorito de la chica matices aaa

Att: S


Of tears and broken soulsWhere stories live. Discover now