♧N°15♧

10 2 0
                                    

Le estaré eternamente agradecida, a mi tía Gen, por otorgarme una minúscula pero indudablemente valiosa anécdota de su vida. Dando luz así, al siguiente escrito♡

Dos corazones sobreviviendo

Más que víctimas fuimos protagonistas,
de una utopía entre corazones jóvenes.

En aquel entonces, el mundo nos
veía pasar y murmuraba: ¡inocentes!
No saben lo que les espera.
Y era cierto.

Entre minúsculas partículas de tiempo,
cierta sensación punzante ululaba en derredor.
¿Podía ser aquello una mezcla de dolor y negación?
Nos queríamos, ambos lo sabíamos.
Pero, tú dudaste, amor mío.
Y eventualmente, otro usurpó tus sentidos.


Fuera de lo que crees, no vacilé sobre mis sentimientos, sino sobre los tuyos.
¿Será tan fácil para una chica pensar
que no es correspondida?
De ese mal todas conocemos un poco.
De buena tinta digo, la ilusión es
una arpía vestida finamente.
¿Y la desazón del golpe de la realidad?
Es la peor de todas.
Nuestros conocidos, similares a un cambio de estación, dijeron que me querías.
¡Era tarde para lo nuestro!
Pues, sin reparar en consecuencias, até una cadena sagrada con otra alma.
Sumiéndonos a ambos en un interminable calvario interno cuando nos despedimos.
Las citas fueron creadas para conocer, no para dar un adiós.


Como dos polos, norte y sur, nos hallábamos tiempo después.
La naturaleza movió sus piezas
y yo también me uní a alguien.
¡Qué crédulos éramos
por insistir en olvidarnos, amor mío!
Un atisbo de tu exquisito rostro,
Dios sabe que solo eso anhelaba.


Entre tazas de café y noches trémulas,
hasta a mí llegó lo insólito.
Luego de veintiocho años, un mensaje.
Hasta lo minimalista desboca a un ser que ama perdidamente.
El contenido me paralizó.
¡Regresaste, donde todo surgió!
Los lazos que nos ataban a otros, afligían al deseo de ambos.
El auténtico milagro de las palabras, radica en su mágico efecto de unión entre dos seres.
Horas y horas, de charlas clandestinas que nos alimentaban y consumían.
Como me fascinaba tu voz, cosquilleando en mi oído a través del teléfono.


Cuatro años.
¡Basta, clamé para mis adentros!
Menudo chiste el de la vida
al mantenernos al margen de todo esto,
que carecía de denominación.
Era todo, era nada.
Por milisegundos existía, por días se escondía buscando su muerte.
Te necesitaba.
Así que renuncié a aquello que estimé,
tan solo por la locura que se cocinaba a fuego lento en mis huesos, dignos de experimentar tal villanía del corazón.
¡Este divino delirio merecía una oportunidad!


No importa que ocurra, desde el viento hasta un ser humano, son testigos de lo magnífico.
Y la nuestra, me acompañó a verte seis meses después de enterarme que estabas solo.


Un dichoso dieciocho de diciembre,
que inmortalizaría una historia
de sentimientos titanes.
Un par de un todo, finalmente cara a cara,
que comprendieron que su hora había tocado a su puerta, para quedarse hasta sus últimos días.

Att: S







Of tears and broken soulsWhere stories live. Discover now