♧N°21♧

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Antes de iniciar... Rulos, algún día leerás esto en un pequeño libro de poemas y microhistorias... gracias por regresar de nuevo a mi vida aunque estés lejos.
:( Esto va por ti y tus charlas profundas.

La verdad por una vida

Ella categorizó a cada ser viviente,
que se cruzó en su camino sin intercambiar palabra alguna.
Y él, carajo, sin mirarla la condenó.

¿Les ocurría con frecuencia que alguien les inspirase la más mórbida de las curiosidades?
A ella no, en definitiva.
Según decía, las personas eran tan predecibles que intentar buscar más allá
suponía perder el tiempo.

No se trataba de jugarretas del universo,
pues no existía tal, sino una cadena de sucesos desencadenados por ella misma.
Pero ¿cuándo le dieron a elegir entre su paz mental y la más absurda tortura?

Un día nublado lo vigiló
al salir de clases,
ansiando descubrir aquello
que le quitaría lo interesante
a ese individuo de rulos brillantes.
Fueron a parar a la azotea,
para su sorpresa.

Él aminoraba el paso
cuanto más se acercaba a la orilla,
sacó algo de su bolso
antes de dejarlo en el suelo
y lo ocultó en su puño apretado.

《¿Qué...?》.
Se quedó con la palabra en la boca,
él la descubrió al girarse en seco.

Ciertas partes de sí misma se separaron y unieron en milésimas de segundo.
Un par de ojos bastaban para entenderlo todo.
Él no estaba bien.
Y no porque se lo hubiese dicho,
tan solo lo sintió.
Como si una lúgubre promesa que aquel hizo le recorriera las venas.

El mundo podía venirse abajo, o edificarse de sus ruinas con tan solo dar un paso.
Ella lo supo cuando éste retrocedió.
Ya no se sentía tan valiente.
Y se maldijo por sentir curiosidad,
al anticipar los movimientos de él.

《¿Para qué morir?》 susurró llena de miedo.
Esas risas sarcásticas, de aquellas que juran haber sido heridas por todo y todos, llenaron sus oídos.
《¿Y por qué no hacerlo? Solo le ahorraré trabajo...》 retrocedió de espaldas.

El calor abandonó su cuerpo y fue poseída por el más tirano de los pánicos.
Ella dio un paso.

《Le das la espalda》.
《¿Qué dices?》.
《Le das la espalda a la muerte... En realidad no quieres hacerlo》.

La peculiaridad de su expresión
era salvaje sin abandonar lo neutro.
Cruzó sus brazos por detrás, sin abrir
el puño que protegía el objeto.
Y su risa se alborotó al igual que su cabello.
《Todos le damos la espalda a algo》dijo.
Todo ocurrió en cuestión de segundos...
¿no era así como todos los eventos importantes nacían y morían?
Él se dejó caer, sonriéndole
antes de cerrar sus ojos.

Sus piernas flaquearon y
bien pudo morir de pie.
Una parte de sí misma fallaba,
trastabillando hasta caer al suelo.
Fue cuando vio el papel doblado,
tomándolo antes que el viento y
lo leyó en estado de shock.

《Mira abajo. A la realidad no se le da la espalda》.

Un martillo directo a su cabeza
la habría desangrado con menos rapidez.
De alguna forma, había muerto un poco.
La realidad la alcanzó.
Yo no volvería a suponer nada jamás.
Y él tenía razón.
Con el nudo en su garganta, se arrastró hasta la orilla porque sus piernas no reaccionaban.

Un círculo negro abajo llenó su visión, no...
¿Qué era? ¿Donde estaba él?
¿¡Qué clase de broma pesada era esa!?
Soltó un sollozo, alzando el rostro.
¿Todo fue un delirio y
perdió la noción del mundo?
No;... no podía ser.
Se ahogaba en su ansiedad
al paso de los segundos,
él la había cambiado
sin intentarlo siquiera.

Entendió todo
al paralizarse
por la mano que se posó
en su hombro.

《Cuando quieras saber algo de alguien, pregúntale... Si tienes curiosidad, sáciala, porque, si murieras hoy ¿qué podrías haber perdido? Darle la espalda a aquello que quieres, es algo que dejarle a los que se perdieron a sí mismos y deambulan sin rumbo; se requiere valor para afrontar la verdad y vivir con ella, por eso te hice mirar abajo... Y, si no estás tan enojada, ¿sales conmigo?》.

Gracias a:💜

Att: S


Of tears and broken soulsWhere stories live. Discover now