Justicia

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—¿Pero quién eres tú? —Billy no era muy fuerte que se diga en comparación conmigo, yo era más alto y mi cuerpo era más robusto, él era ese tipo de personas que odias desde el primer momento en que lo ves, no quiero juzgar, pero parecía muy arrogante y prepotente, como su el mundo le debiera algo. Se tocó la boca y escupió sangre—. Tú no sabes quién soy yo —Me gritó, señalándome con el dedo lleno de anillos dorados. Se aproximó intentando darme un golpe, pero yo lo esquivé y sin darse cuenta lo golpeé muy fuerte, esta vez en el estómago.

Billy perdió el aliento, y calló arrodillado tocándose fuerte el abdomen. Se retorcía de dolor y solo quería que se arrepintiera de todo lo que le había hecho a las chica con cada golpe.

Me observó, como intentando hacer que no lo golpeara más, ya no tenía sus lentes porque en el impacto cayeron al suelo, así que pude ver sus ojos, era esa especie de mirada que está mintiendo y que haría lo que fuera para que se saliera con la suya en ese momento, pero cuando te voltees lo seguirá haciendo y cada vez peor.

—Esta es por lo que le hiciste a Margot —Su mirada cambió, sus ojos se agrandaron, como si se hubiese dado cuenta que yo estaba allí para proteger a Margoth y a todas las chicas de las que había abusado y de todas las que en un futuro lo haría también. Golpeé su mejilla tan fuerte que hizo que perdiera el conocimiento. Cayó al suelo. Y yo, solo quería que se volviera a levantar para darle solo un golpe más.

Britanny llegó con la seguridad del evento. Y cuando entraron al remolque, vieron que Billy estaba inconsciente. Los de seguridad me alejaron de él para que no lo siguiera golpeando y me revisaron por si yo poseía una arma. Ya habían llamado a la policía así que tal vez me llevarían a declarar lo sucedido.

—No lo detengan a él, fue quien me salvó la vida —Britanny se dirigió a los de seguridad. Haciendo que estos me soltaran. Ellos le tomaron el pulso a Billy, pero él solo estaba desmayado, así que llamaron a una ambulancia y también a la policía.

De pronto alguien me tomó por la espalda. Eran los brazos de Margoth.
—Quedas contratado para ser mi guardaespaldas oficial —susurró en mi oído.

Su abrazo hizo que me calmara rápidamente, y me sonrojé, me dio un escalofrío que me invadió todo el cuerpo.

Britanny se dirigió a nosotros. Con una gran sonrisa.

—¡Le diste su merecido! —nos dimos un abrazo de tres, ellas eran fuertes, decididas, inteligentes y aunque a veces creían que lo tenían todo bajo control, a veces les hacía falta que llegara alguien que las protegiera, que les haga sentir seguridad y que cuando los dragones las quieran atacar sepan que no están solas y que tienen a alguien en quien contar. Margoth revisó los bolsillos de Billy y este despertó adolorido, observando cómo encontró el pasaporte que le había robado.

—Todo esto fue planeado por ti. —Billy no podía siquiera moverse, pero la mirada de sorpresa hacia Margoth sabía que ella había ganado y que él había tenido su merecido— ¡Te voy a destruir, no vas a cantar en ningún lugar me encargaré de eso! —Billy fue llevado en una ambulancia junto al cuerpo de la policía, no sin antes escuchar la voz del animador del evento que anunciaba el nombre de Margoth para que subiera a la tarima.

A Margoth se le dibujó una hermosa sonrisa en el rostro al ver cómo se llevaban a Billy quien desapareció a un viaje largo con la justicia.

Brittany se acercó a Margoth y le informó que el público esperaba que subiera al escenario a cantar sus mejores canciones. Las chicas se abrazaron y cuando se separaron Margoth se dio vuelta a donde yo estaba.

Durante una tormenta en AlaskaWhere stories live. Discover now