Capítulo 3: Joder

1.6K 326 162
                                    

Joder, Joder, Joder. Shang QingHua no pudo evitar maldecir su muy mala suerte. ¡Se suponía que así no debían de pasar las cosas!.

Llorando de forma dramática, él pobre hámster se tiro sobre la hierba verde. Lo único bueno que salió de esta extraña situación… Bueno, nada positivo podía salir de esta situación. Pero aun así, como Dios creador de toda esta historia de mierda, deseaba creer que incluso ser atrapado en un plano ajeno a la realidad no era tan malo…

No podía ser tan malo… ¿Verdad?.

Recapitulemos, para poder comprender esta situación tenemos que ir mucho. Pero mucho tiempo atrás… Si somos exactos, toda esta mierda inició la mañana de un Lunes.

Y como cualquier persona intuitiva podría adivinar. Los Lunes eran el día de la mala suerte para él pobre avión.

Shang QingHua no pudo evitar parpadear por los casi nulos rayos del sol. Con una pequeña mueca intento cubrirse mejor con sus cómodas sabanas, tenia que aprovechar los pocos lujos que poseía en la secta. No era un ingrato que no disfrutaría las cosas que él mismo consiguió con tanto trabajo duro…

Ah, estaba bastante triste.

Ya habían pasado casi tres días desde que se peleó con su hermano pepino, desde que se despidió de su Shidi Mu QingFang… Y si era sincero, se arrepintió un poco de sus propias decisiones.

¡Pero no del todo, solo se sentía culpable!.

A Shang QingHua jamás le gusto causar problemas en su nombre. Al contrario, odiaba delegar sus propios trabajos a sus discípulos. No le gustaba causales ningún tipo de molestias a sus pequeños gremlins; joder. Realmente no confiaba en esos mocoso para hacer trabajos manuales, si él se iba sin dejarle al menos un salvavidas a los niños. Él estaba seguro que no durarían ni un par de semanas.

Es por eso, como último acto de buena voluntad hacia sus alumnos él se preparó un bloque grande de tinta. Miles de pergaminos y un pincel con muchas hebras, y como él guerrero del papeleo se enfrenta al invencible dragón de las finanzas, y sus pequeños secuaces los números.

La batalla fue dura, se sacrificaron muchas píldoras de sueño, píldoras de hambre y mucha agua potable. Pergaminos fueron atravesados por las fallas ortográficas causadas por temblores de mano, y el sudor goteo como cascada sobre un riachuelo.

Tres días y tres noches. Más de 72 horas invertidas para terminar de escribir, catalogar y ordenar docenas de pergaminos.

¿Valió la pena?... No lo sabia.

Estaba cansado, tenia sed y hambre. Durante tres días nadie toco a su puerta, nadie preguntó por su salud o por su bienestar. Se sentía bastante sólo…

Si él no se hubiera peleado con su hermano pepino… ¿Shen Qingqiu se llego a preocupar por él?. En estos días él llegó a pensar en muchas cosas, demasiadas diría él.

Pensó en su hijo Luo Binghe y sus problemas como protagonista, en Mobei-Jun y su clara atracción toxica hacia su rey y lord demonio, también llegó a pensar mucho sobre sus relaciones interpersonales y su dependencia emocional y psicológica hacia Shen Qingqiu. Él realmente meditó.
Contrario a las creencias populares, a Shang QingHua no le llegaba a molestar realizar el papeleo. Al contrario; para él era una forma de resaltar sobre la multitud, su escudo y su forma de meditación.

Mientras la gente miraba ceros y unos. Él miraba un escape hacia su propia realidad, en una donde el olor a tinta y pergaminos trabajan como un relajante natural para su cuerpo. El trabajo duro para él valía la pena, realmente lo valía.

Avión ya no será parte de esta mierdaWhere stories live. Discover now