Capítulo 2: Shang Beijing

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En una vida Shang QingHua llegó a sentirse celoso. Los celos en su corazón evitaron que él hiciera muchas cosas en su vida pasada.
 
Shang QingHua realmente era amado, o al menos gran parte de su infancia lo fue, lo suficiente para sentirse nostálgico por aquello que tuvo pero se esfumó con el tiempo. Como una pequeña maldición que lo perseguía con el apodo de nostalgia.
 
‘No puedes anhelar aquello que jamás llegaste a experimentar’.
 
Anhelo, el deseo de ser amado se convirtió con el paso del tiempo en el demonio de su corazón.
 
En la cultivacion cuando formas tu fundación lo más primordial es evitar crear demonios, aquellos que te atan al mundo mortal. Como cadenas que se atan a tu cuerpo, un cultivador tiene que lidiar con esas cadenas por el resto de su vida.
Los demonios del corazón, eran el tormento de cualquier hombre y mujer. Era lo que uno deseaba obtener, un anhelo imposible de conseguir, de alcanzar.
 
Cuando Shang QingHua, antes Shang Beijing escribió sobre los demonios del corazón en su libro… Cuando él colocó las cadenas sobre sus personajes.
 
No sabia lo que estaba pensando.
 
Si era sincero, Shang Beijing era un hombre envidioso, sentía tanta envidia que podría fácilmente ahogarse con sus turbulentos sentimientos negativos.
 
No tenía forma de desahogo, y no quería buscar una forma de desahogarse.
¿Qué importaba su propio bienestar personal?. No creía que alguien se afectara por su físico demacrado, nadie se preocuparía por sus bolsas debajo de sus ojos, nadie jamás…
 
Nadie jamás se preocuparía por su bienestar, nunca lo harían.
 
Nació en un matrimonio amoroso, con una familia amorosa. Tenia un hermano mayor que solía abrazarle por las noches, susurrando historias a su oído. La historia de un joven cultivador que dominó el cielo y la tierra con su poderío, narró con anhelo y expectativas un mundo hermoso, donde incluso la más débil flor podía salvar la vida del más fuerte. De un mundo mágico donde el amor prevalecía ante todo y todos.
 
Donde no existían los demonios del corazón…
 
Luego, con el tiempo olvido.
 
No recordaba su nombre, ni su rostro. Si era sincero no quería recordarlo, no deseaba recordarlo.
 
A él, ni a nadie.
 
Sus antiguos Padres fueron una mierda, se amaron y luego se traicionaron. Su hermano mayor le dejo abandonado, en un hogar donde los gritos y los golpes fueron constantes.
 
¿Dónde estaban las historias?... ¿Qué pasó con Luo Binghe y sus aventuras?.
 
Lloro durante días, y noches. Sabiendo que la rotura de su familia era totalmente su culpa, él siempre tuvo la culpa…
 
Deseo complacer. ¿Y si se esforzaba al máximo?, ¿Con eso lograría que su madre le diera una sonrisa?.
Shang Beijing estudió como un esclavo durante años, días y noches. Su Madre amaba el dinero, los bolsos y el maquillaje como toda mujer, como todo ser humano. Si con eso conseguía una risa de su Madre entonces estaba dispuesto a romperse los huesos y la cabeza estudiando. Necesitaba de forma desesperada dinero.
 
Shang Beijing se postuló en la carrera de medicina. Si lograba crearse un nombre en la carrera más noble era posible que su Padre le diera una palmada en su cabeza. Tal vez su Padre al saber que su hijo menor logro algo... Pueda ser feliz.
 
Lo pensó, lo trabajo, lo intentó.
 
Pero no era él protagonista de una novela, tampoco era un hombre dotado con intelecto y voluntad de hierro.
Era un humano que se esforzó de más, y al final hizo lo que todo ser humano haría en su situación.
 
‘Renunciar’.
 
Estaba acostumbrado a trabajar, estaba acostumbrado a soñar, en anhelar cosas pasadas… Él pensó. Durante mucho tiempo lo hizo, como nadie tenía idea…
 
Y él al final, esos pensamientos dieron sus frutos.
 
‘Si era incapaz de ser médico entonces usaría la imaginación que siempre fue elogiada por su hermano mayor. Volvería a reescribir la historia de Luo Binghe, él joven que salvó su mundo’.
 
Letras alegres fueron escritas con sus dedos, oraciones esperanzadores y con una trama sencilla. Donde la esperanza y los anhelos podrían hacerse realidad.
 
Escribió sobre Luo Binghe, él joven niño nacido del amoroso matrimonio del demonio Celestial y la cultivadora virtuosa. Narro como él niño se enfrentó a la maldad del mundo con su espada bendita, aquella que le permitía crear caminos hacia miles de aventuras, narró sobre la virtuosa secta Cang Qiong y sus maestros cultivadores, sobre él romance prohibido entre él amable y servicial Shizun y él amable Shisu.
 
Sobre la compañera de aventuras de Luo Binghe, de los miles de amigos que creo en su aventura para derrotar al demonio supremo del invierno del norte. Escribió tanto, escribió hasta que su cabello se volvió quebradizo. Quiso plasmar ese mundo que tanto amo de niño, que su hermano narro tanto cariño le susurro al oído.
 
Y luego…
 
—Te odio. ¿Lo sabes?.
 
Su hermano mayor con un solo mensaje de texto destrozó sus anhelos, sus recuerdos.
Como un cariño de naipes, la poca cordura emocional que le quedaba se derrumbó. Shang Beijing se desmoronó.
 

 
Shang Beijing no creía que su vida fuera la mejor, pero tampoco era la peor.
Gano mucho dinero con su obra, vendiendo figuritas de acción hechas a mano, libros autografiados y creando una esposa para la trama. Estaba orgulloso de su propio trabajo.
 
El orgulloso camino del demonio inmortal trata sobre Luo Binghe, un joven niño abandonado en un río por sus Padres, adoptado por una humilde lavandera. Él niño es amable y servicial, sufrió mucho en su vida, perdió a su Madre y su hogar, pero aún así se aferró a la esperanza de un mañana mejor. Subiendo las escaleras del destino, Luo Binghe se enfrento por primera vez a la realidad humana, a los  sentimientos llamado envidia y negligencia, abandono e ira.
 
Su maestro era despiadado, obligándolo a realizar tareas físicas, maltratos y desesperación. Lenta y dolorosa…
 
Luo Binghe se esforzó, lo intento tanto como pudo. Uso sus dientes y uñas para no caer, lloro hasta que sus lágrimas se secaron y al final fue lanzado por su maestro al abismo sin fin.
 
Él maestro virtuoso y amable se convirtió en alguien vil y despreciable. Tenia celos e ira hacia todo lo justo y honorable, no sentía amor hacia nadie, ni siquiera sentía aprecio por aquel que tanto proclamaba su nombre.
 
La joven doncella que acompaña a Luo Binghe en sus aventuras eventualmente se convirtió en la esposa del protagonista. Abandonada en un mar de mujeres, la joven doncella se aferró a la idea de algún día ser lo suficiente para su amado esposo. Aferrándose a las ya rotas promesas de amor.
 
La honorable secta dejó de ser eso. Honorable.
 
Un mundo retorcido, un mundo donde Shang Beijing creó los demonios del corazón.
 
Sus hijos se convirtieron en la representación de sus cadenas, en una sombra en el horizonte. Sus anhelos representados en textos, en letras virtuales, en hojas en blanco.
 
Shang Beijing no se arrepintió. Lo único que dejo intacto fue el reino del norte, su idealización de un hombre perfecto, y unos pocos que representaban la poca bondad que quedaba en su ya muerto corazón.


 
Cuando Shang QingHua vivió su segunda vida aceptó todo con gusto. No se arrepentía de destruir desde sus cimientos un mundo maravilloso, tampoco sentía algún tipo de ira hacia los maltratos hacia su persona.
No era hipócrita, él sabía muy en el fondo que se lo merecía.
 
Pero lo intentó, solo un poco.
 
‘Deseo ser mejor para los demás, era la cadena que colgaba en su cuello. En su vida pasada y en la siguiente’.
 
Por una vez en su vida tuvo algo que creía perdido. Esperanza.
 
Shang Beijing, ahora Shang QingHua se esforzó tanto, lo intento. Se aferró a la idea de que su trabajo daría frutos, si era una buena persona entonces el mundo le trataría con amabilidad. Si luchaba por su puesto de forma limpia entonces el mundo no le trataría como una peste, si lograba ayudar a Mobei-Jun a traer la paz entre los reinos entonces sería reconocido.
 
Solo que… Olvido que no estaba en el cuento de su infancia, estaba en el infierno viviente que él mismo escribió con tanta alegría en el pasado.
 
Shang QingHua perdió la esperanza en ese momento. No queda nada bueno en ese podrido mundo, no quería destruir todo lo que con tanto esfuerzo logro armar y crear. Se rindió, hasta que llegó su hermano pepino a darle esperanza.
 
Esperanza que perdió por palabras mordidas y golpes.
Tal y como estaban las cosas. Como él cobarde que era tomo sus cosas, y se alejó de los problemas.
 

 
—Entonces… ¿Te marchas?.
 
—Supongo, ya no creo poder seguir con esta situación.
 
Sentados frente a frente, tanto Mu QingFang, como Shang QingHua se encontraban. Los hermanos marciales se estaban despidiendo para siempre, o eso era lo que creía avión. Él médico jamás se tomaría el tiempo de tratar a un desertor.
 
—Veo, no puedo obligarte a quedarte en la secta, no te trataron con amabilidad—Mu QingFang no era ciego—. Pero quiero que sepas que siempre me tendrás a mi, necesito saber como te encuentras, si estás bien. Sano y salvo.
 
Como cultivadores veteranos sabían lo peligros que era desertar de una secta prominente como Cang Qiong. Convertirte en un cultivador deshonesto no era lo más recomendable para un antiguo Perk Lord, no era recomendable para nadie.
 
Siendo cultivadores, su núcleo dorado era una fuente de nutrientes para demonios y cultivadores demoníacos. Que Shang QingHua se marchara por voluntad propia ya era una muy mala señal, algo realmente denigrante para ambas partes, tanto para la secta como para avión.
 
Mu QingFang tenia sus razones para estar realmente preocupado. Si Shang-Shixiong se marchaba entonces estaría en grave peligro. Los rumores empezarían a correr como agua en un canal, sería imposible evitar que tanto demonios como cultivadores demoníacos le pudieran precio a la cabeza de su hermano marcial. Su núcleo dorado sería codiciado, su cuerpo sería usado como un trofeo, como comida de la más alta calidad.
Era aterrador solo pensarlo, él otro sí cometía un descuido seria usado como un animal de ganado, o peor…
 
Él médico no quería imaginar lo que sucedería si Shang QingHua desertaba de la secta. Lejos de la protección, lejos de las ventajas, lejos del honor.
 
—Mu-Shidi—avión noto los miedos en él médico, en aquel hombre que no juzgaba, pero si escuchaba.
 
Con algo de duda, él no tan joven hombre extendió una de sus manos. Tomando con calma la firme mano del menor, en silencio se observaron. Como dos confidentes silenciosos, pero confiables.
 
—Me iré, tengo un lugar donde nadie podrá encontrarme jamás. Ni siquiera Luo Binghe, o Mobei-Jun. Cuando decidí irme…—trago—Irme representa dejar todo, y quiero dejar mis tristezas, mis cadenas atrás.
 
Huir no es de cobardes, Shang QingHua lo sabía mejor que nadie. En oraciones, es mejor retirarte, alejarte de la situación.
 
‘Para no lastimar a nadie’.
 
Shang QingHua ya causó suficiente dolor con su presencia, por su torpeza e inmadurez. Avión ya no quiera ser parte del jodido mundo, pero no podía abandonar la única luz rebosante de amabilidad en su vida.
 
–Ven conmigo.
 
—No puedo.
 
Silencio. Tanto Shang QingHua como Mu QingFang se rieron. Contentos al saber que él otro, aún con el tiempo no había cambiado.

—Veo, es una pena de verdad. Me estaba haciendo ilusión tenerte de compañía—con un puchero avión se quejó. Curvando sus ojos en dos pequeñas media lunas.

—No puedo dejar mis deberes de la secta, si dos Perk Lord desertan al mismo tiempo eso se convertirá en algo sumamente contraproducente—Mu QingFang reprendió al otro de forma suave—. Pero podría visitarte seguido, ¿estaría bien eso?...

—¡C-Claro!
 
Mirándose fijamente, él médico no pudo evitar sonreír. Suave y agradable. Palabras que describían a la perfección al castaño de ojos alegres.
Ambos se aferraron al momento de silencio. Donde tomados de las manos se dieron un suave ‘Te veré pronto’.
Y ese pronto llegaría más pronto de lo que Avión creería posible.

Avión ya no será parte de esta mierdaKde žijí příběhy. Začni objevovat