Capítulo 9: Knock, Knock

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—"Knock, Knock... ¿Beijing?~".

—"¿Cariño, estas en casa?...

—"¿Hijo?".

—"¡¿HIJO?!"

Shang Beijing abrió los ojos con aburrimiento, ignorando los pesados latidos que resonaban en sus oídos. Otra vez, las voces de las bestias del pasado se abrían paso en la barrera divina para intentar perturbar su sueño, al parecer tendría que creear nuevos sellos para evitar más perturbaciones de este tipo. 

Con extraña tranquilidad—para nada común de su yo antiguo—se levantó del suelo, solo después de sacudir sus pantalones, sucios y polvorientos, claro que eso no le quito su ya recurrente cara de indiferencia.
Con sus manos ya desocupadas, su cantimplora, asegurándose que esta estuviera bien atada a su cinturón—tener agua por cualquier emergencia siempre era una buena idea, años de experiencia podrían corroborar este hecho—. Asegurándose que todo estuviera en su lugar, comenzó a caminar lejos del árbol del mundo, a paso constante y tranquilo, ya había perdido la cuenta de cuantas veces había hecho esto, repitiendo la misma rutina una y otra vez sin fin aparente.

Perdió la cuenta hace muchos siglos atrás, ¿Cuantas veces a hecho esto?...¿Fueron una?... ¿O dos?... Quizás fueron millones y el jamás lo supo, es posible que jamás se haya percatado de ese hecho, total. Cuando estas en soledad, con un solo sistema de compañero, uno podría perder la cuenta—o inclusive la cabeza—.

Además, no es como si necesitará compañía, o un calendario para marcar los días que pasaban en su dominio. Como guardián del árbol del mundo, tenia que estar en alerta las 24 horas del día, los 7 días de la semana, durante todo el año. Una y otra vez, un ciclo que tenía que repetirse sin fin alguno.

Por que joder, no es como le importaba realmente—le importaba, pero no tanto como antes—. El tiempo en el mundo divino era distinto en el mundo humano. Lo que podría ser un día en el mundo mundano, era en realidad un año en el reino divino. El tiempo estaba distorsionado, algo con lo que Shang Beijing podría trabajar de forma tranquila—o más bien, a lo que tuvo que acostumbrarse a la fuerza—.

El silenció, y la calma de este lugar le traía una paz mental que él creía... Que muy en el fondo, era genuina; una paz mental que pensaba que carecía en su antigua vida. Aunque no recordaba mucho de su pasado, eso no le convertía en total ignorante de su actual y pasada situación—para nada linda—.

Sabia que tuvo en algún momento una familia. Luego descubrió gracias a su sistema que en algún punto de su infancia perdió tanto su hogar como sus Padres y familiares cercanos—algo que por propia intuición marcaba como erróneo, pero no era algo que realmente le importase—Después de  volver a renacer, perdió tanto la lucidez en su cabeza, como las ganas de vivir en un mundo plagado de dolor y soledad.

"No estaba dispuesto a ser una marioneta controlada por otras cosas o seres. Algo le decía que no era la primera vez que se encontraba con esta cosa llamado "Sistema".

No le importaba realmente investigar su situación a profundidad. No le serviría en lo absoluto el hecho de  hacerlo. Creía que cualquier intento de indagación sobre su pasado podría llevarlo a una situación inminente y para nada favorable para él; según sus pensamientos e intuición, era posible que esa cosa llamado "Sistema" en algún punto de su vida pasada borro tanto su existencia, como sus recuerdos.

Todo lo relacionado con su "otro yo" era nulo. No existía un registro en su cabeza que en algún momento "existió".

¿De verdad a vivido con anterioridad dos veces?. No tenía para él sentido. Pero estaba bien con eso, era un superviviente, sabía cuando tenía que hablar y cuando tenía que huir.

Avión ya no será parte de esta mierdaWhere stories live. Discover now