32 | Cualquier otra cosa.

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Ariana.

Me recostó suavemente sobre la cómoda cama de la habitación que solía compartir con Alex. Me acomode como pude aún con la cicatriz de la marca punzante en mi cuello.

—¿Mejor? —pregunto preocupado Fynn a mi lado en la cama, quien se había sentado y me miraba desde arriba.

—Sí, ya casi pasa —mentí como estaba acostumbrada, pero ver su expresión no me permitía decir la verdad.

—¿Por qué estas siendo la más afectada? —Eso mismo me pregunto yo todos los días.

—No lo sé, pero siempre pasa, seguro no es nada —contesté volteando un poco mi mirada hacia la ventana donde la luna se asomaba.

—¿Hay algo que pueda hacer para que estés más cómoda? —preguntó levantándose un poco para inspeccionarme.

—No, está bien, de verdad, no tienes que preocuparte —dije evadiendo su mirada.

—Claro que tengo que, ahora es mi trabajo. —Pero eso sí me hizo mirarlo, no con la mejor cara.

—No seré una carga, ni para ti ni para nadie más —afirmé decidida queriendo transmitirle mi determinación con mi expresión.

—Yo nunca dije que lo eres, ni que lo serás —aclaró rápidamente con expresión ofendida—. Pero el tener nuestras marcas nos hará algo... ¿no? —terminó preguntando dudoso.

—Debemos hablar sobre eso. —Asentí moviendo el cuello y provocando una oleada de dolor que me hizo gemir.

—Hey, tranquila, está bien. —Con suma delicadeza acomodó mejor mi cabeza en la almohada.

—Gracias.

—No hay de que. —Me sonrió tiernamente, pero noté cansancio en sus ojos.

—Deberías dormir, fue muy agotador para todos.

—¿No íbamos a hablar? —preguntó con el ceño ligeramente fruncido.

—Creo que hay que dormir primero —sugerí con mis ojos cerrándose por inercia.

—De acuerdo, iré a cambiarme. —Se levantó de la cama estirándose un poco—.  Cualquier cosa me gritas.

Moví mi cabeza lentamente en señal de afirmación y se dirigió al vestidor.

Suspiré lentamente girándome de nuevo a la ventana.

"Diosa Luna, solo te pido más fuerza de la que siempre me has dado, te ruego no me abandones ahora y perdóname por haber jurado en vano frente a ti."

Unas pequeñas lagrimas salieron de mis ojos antes de perder las fuerzas y cerrarlos para descansar un rato.

Que fue interrumpido cuando un ligero movimiento en la cama me despertó y me puso alerta, haciendo que girara mi cuello bruscamente y me retorciera de dolor después.

—Lo siento, no quería asustarte, ¿estás bien? —preguntó preocupado Fynn mientras se ponía a mi lado e intenta revisar mi cuello.

Volví a asentir mordiendo mis labios para no gritar mientras estos temblaban por la contención.

—No, definitivamente no estás bien, iré con la señora Lehmann por otra poción —aseguró desesperado tomando sus zapatos.

—¡No! ¡No puede enterarse! —grité preocupada por Lory y Alex.

—Le diré que es para Mallory, total supuestamente duermo con ella.

—¿Y si alguien te ve salir de aquí? —Intenté hacer que entrará en razón.

Maldición FraternalOù les histoires vivent. Découvrez maintenant