13 | ¿Quieres bailar?

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Estando todos parados a un lado de la carpa vimos como una gran loba café salió del bosque tímidamente

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Estando todos parados a un lado de la carpa vimos como una gran loba café salió del bosque tímidamente. Todos seguían emocionados, aplaudían y gritaban como locos, yo también lo hacía porque no podía explicar el orgullo que sentía por ella ahora.

Ella giraba su cabeza hacia todos lados, imagino que estaba esperando sentir algo, una esencia, un aroma, quizá un presentimiento de quien podría ser su mate, mientras yo rezaba por dentro a la diosa luna que no me haya equivocado.

Todos estaba atentos al igual que nosotras, nadie se movía porque sabían que quién fuera el mate tendría que mostrarse, pero nadie hizo nada. Después de que todos pudiéramos y estuvo un par de minutos en la misma posición sin que nadie la reclamara fue cuando por fin se movió y caminó lentamente hacia la mansión seguida por mi.

Encontrar a tu mate justo después de transformarte es bastante probable, pero también lo es que no pase así que nadie se preocupó. En mis adentros una gran victoria se estaba construyendo, era casi imposible que vinieran a reclamarla ahora en la fiesta, si su mate estuviera aquí ya lo habría hecho.

—No, no, no quédate ahí —Su mamá gritó desde los escalones principales—. Yo te traeré una toalla, vas a ensuciar el piso con tus patas.

Kerstin gruñó pero se sentó obedientemente enfrente se la puerta, no pude evitar soltar una carcajada que provocó que me mirara mal.

—Ay, que bonita eres, tienes un pelaje precioso —Pase mi mano por su peludo cuerpo y ella se restregó en mi mano, a Alex también le gustaba mucho que lo sobara, al menos antes cuando tenía tiempo.

Su mamá regresó con la toalla y la cubrió con ella, se transformó de nuevo y quedó con esta sobre su cuerpo.

—Ahora si, pasa —dijo su mama mientras se hacia a un lado.

Kerstin entró en la casa y nos dirigimos a su habitación, le ayudé a volver a ponerse su vestido y acomodé su cabello que se había despeinado notablemente, pero todos lo entenderían.

—Entonces, ¿Cómo fue? —pregunté intrigada—, cuéntamelo todo.

—Sí dolió, pero es algo que todos sabemos, fue una sensación muy extraña, sentía que todo mi cuerpo se movía de formas que jamás había sentido—. Su mirada estaba perdida en el espejo.

—Pues sí, se estaba transformando en algo completamente diferente —dije obvia, pero ella no me estaba escuchando, parecía en un transe.

—No estaba —susurró después de un rato, antes de desarrollar mi oído no la habría escuchado.

—Lo sé —dije asintiendo, sabía a qué se refería, su mate—. De todas formas sabes que lo encontraras pronto, muy probablemente en menos de una semana.

—¡Ya te dije que esto no significa que Damien vaya a ser mi mate!—dijo irritada.

—También lo sé, pero no importa, yo gané, tienes que cumplir. —Mi risita de niñita victoriosa no me la quitaba nadie.

Maldición FraternalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora