Epílogo.

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Buenas! Buenas!

FELIZ AÑO NUEVO! Bueno aunque más bien es Año Nuevo atrasado XD Pero el punto es que espero que estén bien y que hayan pasado estas fechas decembrinas de lo mejor del mundo, cuidándose siempre obvio por la cuarentena pero con mucho amor de sus seres queridos!!

Este es oficialmente el último capítulo de esta historia que ya lleva un año aquí! Dios que se ha pasado el tiempo volando! De nuevo tengo que agradecer enormemente por todo el apoyo que ha recibido ésta y mis demás historias en este fandom tan hermoso, sobre todo por el Sushito activo XD

Quisiera seguir poniendo más cosas pero la verdad sería alargar la espera y creo que ya han esperado mucho por ver finalizada esta obra XD así que sin más espero que disfruten el final de "Muñeca"
...

[Te conozco, caminé contigo una vez en un sueño...

Te conozco, ese brillo en tus ojos me resulta muy familiar...

Y sé que es verdad, que las visiones son rara vez lo que parecen...

Pero si te conozco, sé lo que harás, me amarás de inmediato, como lo hiciste una vez en un sueño...]

...

La luz del sol se coló por las delgadas cortinas del cuarto de Ryuunosuke, haciendo que la bruma de sueño que lo envolvía se viese abruptamente interrumpida por la molestia de tener los primero rayos de la mañana sobre su pálido rostro, ahuyentando sus ganas de seguir en esa postura. Estaba cómodamente acostado en su cama, con los cálidos brazos de su Alfa rodeándole el cuerpo de manera tan íntima, tan especial y amorosa, que al azabache se le antojaba una completa desgracia tener que levantarse de su privilegiada posición. Decir que el cuerpo no le dolía sería mentir descaradamente, pero era un dolor tan delicioso, increíble, que le evocaba inevitablemente los recuerdos de la noche anterior.

La primera vez que Atsushi y él habían hecho el amor, la primera de muchas veces en un futuro, rogaba en su interior...

Sintió al albino moverse detrás de él, acomodando mejor la posición de sus brazos sobre el delgado cuerpo de su amado mientras aspiraba profundamente los cabellos negros del Omega, casi ronroneando como un pequeño minino. Ryuunosuke suprimió una sonrisa contenta, pegándose inconscientemente un poco más al cuerpo de su novio. Por desgracia ambos no podían seguir disfrutando de su preciada nube rosa puesto que en un par de horas más, si no es que menos, Chuuya entraría como un huracán a la habitación, más que listo y dispuesto a romperle todos los huesos del cuerpo al joven Alfa, como mínimo. Era una suerte que tanto Hirotsu como Mori estuvieran ya del lado de Atsushi, dándole al albino la aprobación paterna necesaria para consumar la unión con el azabache; a expensas claro del titánico berrinche del Omega pelirrojo.

—Atsushi. —Llamó Ryuunosuke, moviéndose un poco al estirarse sobre el colchón y avergonzándose profundamente al sentir como todavía había restos del semen de su Alfa en su interior. Ambos habían estado amándose toda la noche sin parar hasta que sus cuerpos no pudieron seguir, además de que no usaron protección... No era nada raro que el azabache todavía estuviera lleno de... —Atsushi levántate ahora, es una orden.

—Cinco minutos más papá, todavía no quiero ir a la escuela... —Se quejó el menor, abrazando con más fuerza a su novio como si se tratase de un peluche. —Ryuu, unos minutos más, déjame sentirte unos minutos más antes de que tu hermano venga y me descuartice haciendo te quedes viudo sin que yo pudiera haberte propuesto matrimonio siquiera...

—... —El Omega no dijo nada pero tampoco intentó seguir insistiendo, simplemente se acomodó mejor entre los brazos de Atsushi, cerrando los ojos de nuevo, sonriendo complacido. —Te consiento demasiado, sólo será por esta ocasión así que más te vale que no te acostumbres, además mi hermano no es tan malo...

MuñecaWhere stories live. Discover now