02

1.8K 216 205
                                    

Hola! Hola! 〜(꒪꒳꒪)〜 

Seguimos con la historia~ 

A diferencia de mi otro fic AtsuAku, pienso actualizar "Muñeca" los sábados o Domingos debido a la longitud de los capítulos, dependiendo de cómo avance, así que si me atraso dos semanas o un poquito mas, por favor tenganme paciencia ⊙﹏⊙

Sin mas que decir, espero que disfruten la historia tanto como yo disfrute al escribirla! ɷ◡ɷ

—0—

La sosegada armonía que se podía sentir con facilidad en aquel hermoso jardín, engalanado de un bello arcoíris floral, lograba apaciguar los crispados nervios del albino, o al menos conseguía mantenerlo quieto en su lugar, reteniéndolo de comenzar a caminar en círculos como si fuera un animal enjaulado. Había llegado diez minutos antes de lo previsto al punto de encuentro especificado en la misiva que Mori le entregó; mirando ansiosamente la hora en su celular, contando mentalmente los segundos y tratando de distraer los pensamientos que corrían desbocados en su cabeza, aguardando paciente a la persona que lo había citado en aquel lugar, soñando despierto con la inverosímil idea de que se tratara de aquel Omega que tantos suspiros le provocaba.

—Me complace tu puntualidad. —La inconfundible voz de Chuuya llegó a sus oídos, derrumbando poco a poco sus ilusiones de poder ver de nuevo al azabache. Atsushi volteó desanimado a encarar al pelirrojo, sorprendiéndose al notar que era más alto que el Omega, por lo menos por diez centímetros. —No pareces muy contento de verme ¿Te decepciona que no se trate de Ryuu? Eres bastante predecible, mocoso.

—Y-Yo... —Realmente no sabía si debía decir algo o simplemente mantenerse callado y esperar a que el pelirrojo iniciara el dialogo, tenía curiosidad de saber por qué lo había citado ahí.

—Seré breve, niño. —El tono despectivo que utilizó no fue nada sutil, pero Atsushi decidió dejarlo pasar, guardando silencio y escuchando al Omega con atención. —No me agradas, así como tampoco me agrada tu estúpido hermano mayor.

Atsushi asintió, maldiciendo a Dazai en su interior. Chuuya prosiguió:

—Es bastante evidente que estas interesado en Ryuunosuke. —El albino volvió a asentir, desviando la mirada mientras sonreía con un adorable sonrojo tintándole las mejillas. Chuuya, por el contrario, no parecía complacido con aquella reacción. —Aléjate de él.

—¿Cómo? —Dos pares de ojos se encontraron, azul contra dorado. La mirada azulada de Chuuya mostraba seriedad y decisión, la dorada de Atsushi, desconcierto.

—¿Eres sordo, retrasado o qué? —Atsushi ladeó el rostro, confundido y repentinamente intimidado por la fiera expresión del pelirrojo. —Aléjate de Ryuunosuke, no quiero que te acerques a él, ni siquiera pienses en que voy a darte el permiso para que puedas cortejarlo. Pierdes tu tiempo, solo ríndete y sigue con tus vacaciones como si nada hubiera pasado, ten por seguro que en un par de días te olvidaras de todo.

—No quisiera sonar grosero, mucho menos ofenderte, pero creo que lo que yo decida hacer con mi vida, sobre todo con mi vida amorosa, no te concierne. —Chuuya enarcó una ceja, escéptico. La mueca de creciente molestia comenzaba a opacar lo atractivo de su rosto.

—Me concierne y mucho. —El tono de su voz comenzó a subir en decibeles, era fácil concluir que el carácter del pelirrojo era bastante volátil. —Ryuunosuke es mi preciado hermano menor, es mi responsabilidad mantenerlo seguro y alejarlo de mocosos que creen que pueden divertirse con él y conseguir su afecto solo con unas cuantas palabras vacías disfrazadas de falsas promesas de amor.

—¡Eso no es verdad! ¡Yo no...!

—Déjame adivinar, tú no eres como los otros Alfas y tus sentimientos son tan sinceros y puros aunque solo hayas visto a mi hermano una sola vez. —Se burló amargamente el pelirrojo, chistando molesto ante la fastidiosa insistencia del albino de querer mostrarse como una persona digna de su pequeño Ryuunosuke. Atsushi bajó la mirada, sintiendo las palabras de Chuuya como un golpe a sus emociones. —¡No seas ridículo, mocoso! ¡Esta es la vida real, no un estúpido cuento de Disney! ¡Las cosas no son como tú piensas y el amor verdadero no es real! ¡Madura de una buena vez por todas y déjanos en paz!

MuñecaWhere stories live. Discover now