07

1.4K 153 290
                                    

Hola! Hola! ٩(^ᴗ^)۶

Rayos! Parece que pasaron siglos desde la última vez que actualicé esta historia pero les juro que tengo una buena excusa!! 

Primero quería centrarme en terminar la de Animal Attraction, que era otra de las que tenían varios capítulos, para por fin poder centrar toda mi atención en esta, les juro que no fue intencional (ಥ﹏ಥ)

@Ressel_M mi pequeña Kohai, si estas leyendo esto... Perdóname por dejar la historia tan abandonada! (;﹏;)

Ahora sí! A leer se a dicho ┌|゚з゚|┘

—0—

[De amor es mi pena negra...

De amor es que estoy sufriendo...]

...

Dazai se encontraba en su habitación destruyendo y maltratando los muebles, tratando de aliviar la creciente frustración que sentía en su pecho por culpa del Omega pelirrojo; el castaño se tiró en la cama de un pequeño salto, dejando que su cuerpo impactara con la suave superficie del colchón mientras se llevaba las manos a sus cabellos, desarreglándolos con fuerza y desespero. Dazai cerró los ojos unos instantes, pensando en lo que haría a continuación y sopesando las consecuencias de sus actos; Osamu estaba consciente de que posiblemente se llevaría, como mínimo, un molesto regaño de su buen amigo y compañero de trabajo, pero no tenía con quien más desahogarse en esos momentos y realmente necesitaba hablar con alguien o se volvería loco.

—... —El sonido de la línea resonó en sus oídos. Kunikida levantó el teléfono al tercer pitido. —¡¿Qué diablos quieres ahora bastardo?! ¿No se supone que estas de vacaciones con tu familia? ¡¿Por qué siempre tienes que molestarme precisamente a mi cuando estoy en mi descanso?

—¡A mí también me da tanto gusto oír tu hermosa y melodiosa voz Kunikida! —Se burló con ligera ironía. —Pues la verdad es que no te hagas el importante, tengo varios contactos con los cuales poder entablar una entretenida conversación.

—¡¿Entonces porque me marcas a mí?! —Dazai alejó el teléfono de su rostro, todavía no quería perder el sentido de la audición en su oído derecho.

—Es solo que nadie me contestó el teléfono. —Bromeó, pero Kunikida lo conocía lo suficiente como para saber que su estúpido amigo Alfa estaba mintiéndole descaradamente. —¡No me cuelgues tú también, esto es importante!

—... —Un largo silencio incomodo se instaló entre ambos antes de que Dazai escuchara el pesado suspiro del Alfa rubio del otro lado de la línea. —No pensaba hacerlo idiota, para bien o para mal eres mi amigo y a pesar de que siempre te voy a considerar como el peor desperdicio de ser humano vivo sobre la faz de la tierra... Realmente te aprecio bastante.

—¿Gracias...? —Ciertamente el castaño nunca terminaría de entender a su amigo y sus extrañas manías para animar a las personas, o para decirles lo importante que eran.

—Bien, ahora déjate de sentimentalismos innecesario y dime de una vez por todas que diablos hiciste ahora. —Dazai ahogó una risa, pasando su brazo por su rostro, cubriendo sus ojos con su antebrazo mientras se acomodaba en el colchón. —¿Dazai...?

—Creo que lo he arruinado, de nuevo... —Fue la ambigua respuesta del castaño, Kunikida no respondió por lo que Dazai lo tomó como un incentivo para que continuara con su explicación. —Conocí a alguien, es bastante peculiar y realmente creo que comienzo a...

—¿Una Omega? —Interrumpió el rubio de lentes de improvisto; evidentemente Kunikida se sentía intrigado de la actitud del castaño pues siempre que Dazai hablaba de Omegas y chicas lindas solía emplear un tono molesto y asquerosamente meloso. El tono que usaba en esos momentos parecía uno de pena, como si le hubiesen dado muy malas noticias.

MuñecaWhere stories live. Discover now