12

1.4K 147 145
                                    

Hola! Hola! ღゝ◡╹)ノ♡

Como han estado? Que dice la vida? (◠‿◠✿)

Ok, creo que ya se me está haciendo costumbre esto de actualizar cada mes, lo lamento tanto! (ಥ﹏ಥ)

Para compensarlo(?) he dividido este capitulo en dos! porque quedaba ridículamente largo y creo que me acomodé más a la modalidad de diez a once páginas por capítulo (^ω^) por lo que puede que esta historia se alargue un poquito más de lo esperado.

Eso sí, seguimos con la cuenta regresiva! XDD Espero que disfruten el capítulo!

2

—0—

[... ¡Oh, que locura! No sé, yo realmente no sé que es lo que me has hecho

Pero me encanta absolutamente todo de ti:

Tu sonrisa, tu rostro, tus ojos y tu forma de ser...

Tus movimientos al andar y la manera en cómo mueves los pies

Entonces comprendí qué es lo que me has hecho

¡Me has vuelto totalmente loco por ti!

Así que ahora ven y bésame...]

...

El gran día llegó con más rapidez de lo que a Ryuunosuke sinceramente le hubiese gustado. No se sentía nervioso, más bien era una extraña emoción lo que embargaba sus pensamientos; el Omega hiperventilaba de solo imaginar que muy pronto estaría arriba de ese escenario, enfrente de muchas personas que no iban a perder un solo detalle de sus movimientos, su familia y, sobre todo, Atsushi. A su alrededor Chuuya bailoteaba de un lado al otro, revisando que todo estuviese en orden con su atuendo, sus accesorios y demás pormenores que tuviesen que corregirse a último minuto. El pelirrojo apretaba cada arruga, tensaba cada nudo y sacudía cada doblez que tuviera al alcance de sus hábiles dedos, cerciorándose de que todo estuviera perfecto.

—Unas pequeñas modificaciones por aquí y por allá, apretamos ahí y aflojamos acá... ¡Listo! Hemos terminado Ryuu. —Exclamó con sobrado orgullo el Omega mayor, alejándose unos pasos para visualizar en todo su esplendor a su pequeño hermano, pavoneándose él mismo de su majestuosa obra maestra. —Rayos, estoy tan emocionado que podría ponerme a llorar ahora mismo, verte a punto de brillar en ese escenario me llena de orgullo ¡Estoy más nervioso ahora de lo que estuve en mi propia presentación!

—Por favor no lo hagas. —El Omega azabache no pudo evitar mostrar una sonrisa burlona, agradeciendo con una mirada significativa la enorme ayuda de su hermano, tratando de alejar los pensamientos negativos de su mente y buscando serenar los nervios que de improvisto lo atacaban cruelmente, pero no precisamente por el espectáculo que pronto se llevaría a cabo. —¿No crees que el listón a la altura de la cintura está un poco apretado? Siento que me está exprimiendo los órganos, no voy a poder respirar con propiedad allá arriba.

—Si no duele no sirve hermanito mío. —Apuntó con una curiosa pose el mayor, logrando ahora sí hacer reír quedamente al azabache. En el fondo, Chuuya era toda una diva de closet, por más que se esforzara en mostrar un lado duro y algo hosco. —Este día es EL DÍA, todos estarán observándote y apreciándote como la hermosa e invaluable pieza de museo que eres, así que tendrás que aguantar ese nudo por unas cuantas horas más.

—Pero... —Intentó refutar, queriendo acomodarse un poco el enorme y grueso listón azul que servía de obi y que su hermano había ajustado hasta lograr acentuarle la ya de por sí estrechísima cintura. —Podría desmayarme por la falta de oxigenación...

MuñecaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora