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Hola! Hola! ٩(^ᴗ^)۶

Hoy vengo a dejarles un capítulo con muchos sentimientos! Más o menos... 

Sé que la historia se centra en la relación de mis bebés amados, PERO! también quiero ir introduciendo poco a poco el pasado de Chuuya, de Dazai y la relación entre Fuku y Mori ya que ellos también son las parejas secundarias de esta historia.

Espero que disfruten el capítulo tanto como yo disfrute escribirlo! (人◕ω◕)

—0— 

[... Desde el día en que te vi, la vida para mí es de color de rosa...

Hoy me siento tan feliz, que cualquier cielo gris, es de color de rosa...]

...

Aquella mañana, con el sol brillando en lo alto del cielo despejado, Dazai miró a Atsushi detenidamente mientras ambos se encontraban en la habitación del menor, esperando con tranquilidad el servicio a la habitación que el castaño había ordenado para el desayuno; el albino tenía unas ojeras horribles y bastante notorias que estaban adornadas con círculos violáceos, sus ojos lucían adormecidos y cansados, su cabello estaba mal arreglado y ni siquiera se había dado cuenta de que traía la camisa al revés. Pero lo que más descolocaba al castaño era la increíblemente enorme sonrisa de bobo enamorado que el pequeño albino traía plasmada en su rostro, esa expresión que solo podía catalogarse de una sola manera: Empalagosamente ridícula.

Dazai tembló con desagrado de solo imaginar qué pudo haber provocado que su pequeño hermano se encontrara en ese estado. No es que él fuera un amargado, o que los temas de romance le fastidiaran, tan solo era que varias experiencias pasadas le habían servido como escarmiento para comprender que el amor verdadero no era algo que realmente existiera, y si por azares del destino llegabas a encontrarlo, resultaba ser algo cruel e injusto; a lo largo de su vida aprendió que podía haber muchos tipos de amores, amor a la familia, a los amigos, a lo que sea, pero el amor de pareja era más difícil de encontrar y sobre todo de mantener vivo.

Tal vez era esa la razón por la cual no comprendía la insistencia de Atsushi en afirmar que los sentimientos que nacían en su joven corazón iban a durar para siempre. El primer amor siempre era algo hermoso, era una de las sensaciones más increíbles que alguien podría llegar a experimentar en su vida, pero también era tan fugaz como un parpadeo y cuando terminaba te dejaba con una sensación de dolor indescriptible en el pecho; eran realmente raras las ocasiones en las cuales dos personas podían lograr mantener la ilusión del romance viva por tanto tiempo y Dazai lo sabía, lo había visto con sus propios ojos... Lo había vivido en carne propia.

"El amor es demasiado complicado..." Pensó con una sonrisa resignada al observar a su pequeño hermano suspirar cada tres segundos. "Al menos mi consejo pareció servirle de algo, tal vez debería considerar el dedicarme a ser terapeuta o psicólogo".

—Te ves horrible. —Apuntó el castaño con su dedo, pero el albino solo lo miró sonriente. —Es enserio, deja de sonreír así que ya me empiezas a dar miedo.

—Tan solo me encuentro feliz, extremadamente feliz... —Atsushi reprimió un bostezo pero sin dejar de lado su sonrisa. —Fue una noche increíble...

—Pues tienes cara de no haber dormido nada, así que más vale que si hubiera sido increíble. —El castaño palmeó la espalda del menor, tratando de despertarlo un poco de su ensoñación. —¿Vas a contarme...?

Atsushi negó.

—¡Bien! —Dazai se cruzó de brazos, mirando hacia un lado con expresión ofendida e indignada. —Al cabo que ni quería saber qué es lo que has estado haciendo con ese feo Omega sin cejas.

MuñecaWhere stories live. Discover now