Capitulo 11

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-Baja el arma, amor. – dijo con preocupación en la voz. - ¿Qué haces? ¿Por qué?

- Me engañaste, me traicionaste, me robaste... - dije entre lágrimas. – Yo te amaba.

- Puedo explicarlo, yo...

- ¡NO! No puedes, no. No puedes. – las lágrimas me nublaban la vista y apenas podía sostener el arma entre mis manos.

- Lo juro, te amo. No podría traicionar al amor de mi vida. – dio unos pasos hacia mí, pero yo di un disparo al aire, haciéndole saber que no le quería cerca. – Baja el arma por favor, hablemos como personas civilizadas, sin armas.

- Ya basta. Me traicionaste y sabes que la traición se paga con la vida. – dije muy bajo y con la voz ronca, pero lo suficientemente alto como para que me escuchara.

- No hagamos esto, hablemos primero. Sé que si me escuchas cambiarás de opinión.

- ¡CÁLLATE! – dije tomando mi cabeza entre mis manos. – No te voy a escuchar. No quiero que juegues con mi mente, no lo hagas. – cerré los ojos con fuerza, pero las lágrimas no paraban de caer por mis mejillas, sollocé. – No juegues con mi mente... - susurré. - Sal de mi cabeza.

Cuando volví a abrir los ojos, un arma estaba siendo apuntada directo a mi corazón.

-Entonces es cierto, me traicionaste...

- Lo siento, mucho. – dijo. – Te amo. – fue lo último que dijo para luego vaciar el cargador sobre mí.

Sus palabras chocaron con dolor en mi cabeza como las balas en mi pecho.

Caí al suelo, mientras agonizaba en mis últimos segundos de vida.

Se acercó a mí, me dio un beso en la frente como despedida y luego dio media vuelta y se fue.

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Desperté con la respiración agitada y los ojos llenos de lágrimas, mientras que un sudor frío recorría por mi espalda.

Toqué mi pecho asegurándome que no me desangraba, pero obviamente no lo hacía porque solo había sido una pesadilla. Todo fue mi mente proyectando un recuerdo, aunque este no haya sido exacto.

Ese tipo de pesadillas había parado hace mucho tiempo, pero habían regresado a atormentarme.

Los disparos habían sonado tan reales, que, de solo pensar en mi sueño, me dieron escalofríos.

Recordar ese día solo me daba ganas de...

Escuché más disparos en la planta baja y sin pensarlo demasiado, tomé la bata la enrollé en mi cuerpo y bajé corriendo.

Estaba preocupadísima, pensé que estaban atacando a Sherlock o algo por el estilo, pero al llegar a la sala lo vi sentado en el sillón con su pijama.

- ¿Estás bien? ¿Qué fueron esos disparos? – dije con el corazón queriéndose salir de mi pecho.

- ¿Te asustaste? – dijo con sarcasmo, para luego sacar el arma que estaba oculta debajo de su bata.

Yo di un salto hacia atrás, mientras que él quitaba el seguro y volvía a disparar a la pared que ya tenía unos cuantos hoyos. – ¡Aburrido! – anunció.

Y no pude contenerme, perdí el control de mí misma. Era lo que causaba el dolor y muchas otras emociones en mí. Estallé.

- ¡Eres un maldito desconsiderado! Son las putas 4 de la mañana, tengo que trabajar en unas horas. ¡Llevo solo unos pocos días aquí y no te soporto! – grité con todas mis fuerzas, en realidad no era culpa de él. – Me importa una mierda que estés aburrido, pero los demás necesitamos dormir. – dije con los dientes apretados.

CRIMINAL   | Sherlock Holmes BBC |Where stories live. Discover now