Capitulo 5

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Me encontraba en el puerto esperando que el barco con grandes letras que decía "Esperanza", irónico que lo que traía en su carga no la daba precisamente.

Llevaba casi 20 minutos parada en el muelle. Pensaba que, si realmente me había traicionado, era una buenísima oportunidad de llevarse la carga consigo y venderla por su propia cuenta. Aunque también sería colgarse la soga al cuello, ya que había sido un encargo directo, él era quien debía llegar aquí con esa carga.

Entonces llegó el barco y de este bajó un hombre de mediana estatura entre sus 40 o 50, con cabello canoso y prendas sencillas.

Me acerqué a él coquetamente y lo saludé

- Damara Johnson – alargué mi mano para dar un apretón como saludo, pero él en cambio la tomó y depositó un beso casi como un roce con la intención de provocarme.

- Teodoro Hernández, un placer conocerla. – lo dijo con un inglés bastante machacado y dudoso.

- Podemos hablar en español si así se le hace más fácil – dije en español, poniendo mis manos en los bolsillos de mi pantalón.

- Pensé que tendría que usar el traductor de Google para comunicarme con usted – me sonrió coquetamente. Tenía un acento mexicano bastante lindo. – Disculpe, pero aún no entiendo quién es usted.

- Soy una empleada más de la Señora. – dije con un tono casi despectivo al decir la última palabra.

- Oh, ya veo. ¿Usted se encargará de la carga a partir de ahora? – Preguntó señalando el barco a lo que asentí.

- Si desea después de el trabajo podemos ir a tomar algo, podría mostrarle la ciudad. Londres es un lugar hermoso. – le dije coquetamente, incluso me acerqué un poco a él tocando su brazo con el mío.

- ¿Cómo podría negarme a tal oferta?

Al terminar con la carga y mandarla a los almacenes Teodoro y yo caminamos hasta llegar a una cafetería bastante linda.

- ¿Quieres probar el té inglés? – dije pícaramente.

Intentaba coquetear con él y probablemente le demostraría que la "Señora" tampoco era de mi agrado y que usaba sus redes para influenciar mi propio negocio. Quería que confiara en mí para que confiese y luego me desharía de él, poniéndolo como ejemplo.

Entramos a la cafetería y pedimos té y unos sándwiches.

- ¿Cuánto tiempo llevas trabajando para la jefa? – preguntó con genuino interés.

- Casi 10 años, entré al mundo del crimen cuando tenía 25 y he trabajado duro para llegar a donde estoy ahora. – inflé el pecho de orgullo. Sí había trabajado duro para llegar a donde estaba en ese momento, pero había sido mucho antes de los 25.

- yo llevo alrededor de... - calló un rato pensando en cuando tiempo, mirando al techo, para luego mirarme y continuar. – Casi 20 años, llevo trabajando para una mujer que nunca conocí. – soltó si más. - Mujer y miedosa, no sirve para manejar el negocio.

Era un completo imbécil. Ya lo tenía, solo un poco más y caería.

-Se te hace difícil confiar en alguien que no conoces, ¿eh? - dije con una sonrisa "cómplice" – No te voy a mentir. ¿A quién se la hace fácil dar toda su lealtad y confiar en alguien que no conoces? ¿Una mujer que se esconde?

El me miró sonriente como si se identificara con lo que acababa de decir.

- ¿Cómo creer en alguien que no te da la cara? Que se esconde y cuida su trasero mientras todos los demás estamos en peligro – sonreí ante su comentario.

CRIMINAL   | Sherlock Holmes BBC |Where stories live. Discover now