12 - Pequeña charla.

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- ¡Está despertando! - Era una voz dulce...

- ¿¡Dónde está Kanzaki?!

- ¡No lo sé, tendremos que atenderla nosotras!

- ¿Desde cuándo eres enfermera?

- ¡Cállate!

Reconocí las voces enseguida. ¿Que hacían Hayami y Touko aquí? Que extraño, parecían estar sorprendidas de que despertara. Me preguntó cuánto tiempo estube dormida.

Estaba algo aturdida. - ¿Cómo te encuentras? - Preguntó Hayami acomodando mi almohada.

- Mucho mejor... - Le sonreí.

De un lado, Touko tenía el cabello negro hasta los hombros, piel clara y unos ojos marrón claro. Y del otro, Hayami quien estaba por cumplir sus 15 años pronto, teniendo el cabello marrón, ojos verdes y un tono de piel no tan claro como el de la hermana menor.

Touko era una prodigio el dibujo, hacia muchos retratos de Hayami y cuando podía de mi. También de los recuerdos que tiene de nuestra difunta familia.. Me sorprende que tenga una memoria tan buena.

- Sabía que unirte a los cazadores de demonios era una mala idea. Pudiste haber muerto... - la peli castaña hablo, un tono triste acompaño esa última oración. No parecía haber cambiado mucho.

Me era vergonzoso compararme con Hayami en todo lo que se trataba de tareas domésticas, la hermana mayor era completamente inútil para eso y su hermana menor era la mejor por mucho. Bueno, tampoco es que este mucho tiempo en casa como para practicar.

- Cuando recibimos la noticia de que habías sido internada, ella no paro de llorar. - Señaló la pelinegra con un tono burlón. - ¡No tienes derecho a burlarte si tú también te preocupaste! Puedo jurar que también lloraste.

Se sentaron en unas sillas que habían al lado de mi cama. - ¿Hace cuánto estoy aquí? - Dije confundida tocando mi cabeza. - Tres días.

- ¿¡Tres días!? - ¿Había dormido tanto tiempo? Que vergüenza.

- ¡Lo importante es que estás bien!

- Koucho-sama dijo que no tienes los órganos dañados o algo así. Por ahora debes descansar, mañana veremos si has mejorado o no. - Dijo inclinando su cabeza levantándose de su asiento.

- Descansa. - Empezó a caminar para salir de la habitación. - Ah, un cuervo golpeó la ventana toda la tarde. Ten cuidado. - Agrego Touko, quien también salia del cuarto. Su mirada cansada hacia presencia en su rostro, como siempre.

Me preguntaba dónde estaban los chicos, de seguro que se encontraban en alguna otra habitación de tantas que habían en la finca.

Me había dormido sin darme cuenta. Unos ruidos me despertaron en la habitación.

Era Aoi. - Buenos días, Aoi. - Dije acomodándome.

- Siento haberte despertado _____-san. - Parecía estar ordenando unas cosas en la mesa, debian ser medicinas o algo. - No me llames por mi apellido.

Se dió la vuelta sorprendida. - ¿Eh?

- Dime por mi nombre, por favor. - Le dije con un tono amable mientras le sonreía.

Una sonrisa se dibujo en su rostro, pocos segundos después volteó su cabeza para volver a lo suyo. - No sabía que ellas eran tus hermanas, son buenas chicas. - Se refería a Touko y Hayami, de seguro se conocieron estos días por lo que sucedió.

- Dije que las niñas y yo te atenderíamos, pero ellas insistieron. Es bueno tener ayuda de vez en cuando.

- Me alegra que pienses eso. - Respondí a las palabras de la chica. - Toma esto por favor. Shinobu vendrá para revisarte más tarde.

"Cuando te vea otra vez" || Genya Shinazugawa x Reader || Kimetsu No YaibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora