34 - Último pequeño esfuerzo.

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- Lo más importante de un cuerpo es la fuerza de sus extremidades. - Himejima me estaba llevando a un lugar, pero solo a mí. - El estabilizar un cuerpo hace que su defensa sea más eficaz, con menos fatiga, y los ataques se convierten más precisos y así, canalizen más fuerza.

- Si, tiene razón... - Anteriormente lo había visto hacer lo mismo que hacíamos todos, pero no se veía afectado, de hecho, tenía múltiples cosas en sus hombros, teniendo troncos enteros en sus hombros mientras el agua caía. - ¿A dónde me lleva exactamente? - Estábamos tomando un camino que no conocía hasta ahora, la tierra seca abundaba en el suelo, dejando como tercero al pasto verde que era protagonista en otros lugares.

- A tu nuevo entrenamiento. - Al parecer era la primera en pasar al tercer entrenamiento aunque no fui de las primeras en llegar aquí. ¡Era genial! En cierta parte hacía crecer mi ego y autoestima. Abrí mis ojos levemente emocionada, intentando no hacer más que seguir caminando tranquilamente para no parecer eufórica.

No dije nada más hasta que el mismo paró delante de lo que parecía mi nuevo entrenamiento; una roca. - La vas a mover. - Lo aseguro. Sentía que ya tenía expectativas en mí, bueno, como si no hubiera alguien que no tuviera una en nada ni en nadie.

Y así empezó otra tortura, sorprendentemente pude sobrellevarla mejor de lo que me esperaba. - ¡Hola, ya llegué! - Me había alejado del resto, últimamente pasaba más tiempo sola y mi única compañía era esa roca. - ¡Te estábamos esperando! - Incluso empecé a comer sola, los chicos me guardaban parte del almuerzo para los días siguientes si era que no aparecía.

- ¡Gracias! Estoy agotada. - Esa gran roca era un problema, un problema que difícilmente tendrá una solución rápida. - Habías dicho que ya superaste tu antigüo récord ¿No? ¡Es impresionante que alguien pueda cargar tanto! - En verdad lo había hecho, lo supere teniendo que levantar alrededor de unos 100 kilos en total, pero eso no era parte del entrenamiento de Himejima.

- No has visto a Mitsuri... O a Himejima. - Ambos tenían una fuerza que superaba la mía, tenían músculos en sus músculos, las células que componían su cuerpo eran súper musculosas. - ¡Pero lo tuyo también es genial!

- ¡Gracias! - Agradecí nuevamente, luego de esto me merecía una buena siesta. Nuestro almuerzo fue normal, tan animado como siempre, pero no tenía ganas de gastar energía participando en el círculo social presente. Volví a entrenar 6 horas seguidas durante los días siguientes sin ninguna interrupción. ¡Las cosas iban mejor de lo que podría imaginar!

Regresé a la finca cuando el sol empezó a caer, con la noche presente estaba descansando en la finca. "Fuerza, velocidad y cosas importantes", ¡Eso decía Himejima y era una locura asombrosamente buena! Aún no le había dicho lo que había logrado, esperaba hacerlo mañana ya relajada. En todo este tiempo ya más personas se habían sumado al nivel donde estaban, éramos pocos, supongo la calidad es mejor que la cantidad.

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- Tsk... - Lo intentaba como podía, pero no había resultados. ¿Debía arrastrarla por todo el camino? Decidí parar y me senté en el suelo agotada. ¿Cómo era que no estaba avanzando en lo absoluto? Las demás personas que han entrado para este entrenamiento parecían estar como yo, especialmente Inosuke quien se sentía derrotado.

Pude notar que era mediodía luego de un rato, suspiré levemente y rasque mi cabeza antes de volver a acomodar mi cabello. Volví a pararme del suelo sin darme cuenta de que algo se aproximaba a mi, no lo noté hasta que lo escuché posarse sobre mi. - ¡Coaw! - Me di la vuelta esperando que fuera Teruko, pero para mí sorpresa no lo era, reconocí al cuervo en el mismo momento dónde dejó el mandado que tenía.

No me había comunicado con Genya desde que nos despedimos aquel día que me fui y llegué a dónde estoy ahora. Levanté aquel papel atado con un listón del suelo, limpié el pequeño polvillo que tenía y lo abrí rápidamente.

"Cuando te vea otra vez" || Genya Shinazugawa x Reader || Kimetsu No YaibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora