Erótico supercorp

Esclava Parte II

No entendía sus planes. Simplemente no encontraba sentido a todo esto. 

Era literalmente un misterio lo que tenía en mente. 

Pantalón de mezclilla, camisa negra y zapatos deportivos. Lentes de sol y llaves en mano, recargada  al inicio de la escalera; esperando a que saliera a su encuentro. 

Su característico perfume llenando la habitación, una chaqueta de mezclilla manchada descansaba sobre su hombro, se encontraba entretenida en su teléfono. Revisando solo Dios sabe que, una sonrisa distraída bailaba en sus labios y un tamborileo rítmico que hacían sus dedos sobre el frío mármol. 

Me recordó a una de nuestras primeras citas, simples acciones que aceleraban mi corazón. 

Levantó la vista viendo hacia el cuarto, encontrándome a mí en su lugar. 

Abrió la boca con asombro y una sonrisa comenzó a crecer en sus labios. 

-Luces hermosa en ese vestido. 

-Gracias. 

Tu igual. 

Suspiró, estiró su mano, tomó la mía y me jaló a su cuerpo, envolvió sus manos por mi cintura con ternura. Se balanceaba tranquila, conmigo entre sus brazos, mientras tarareaba una canción lenta. 

Sus labios húmedos besaron mi clavícula y mi mentón en un recorrido sensual e íntimo para terminar con un beso amable sobre mis labios. 

-Se nos hace tarde. 

-Para que? 

-Para irnos. 

-Donde iremos? 

-De compras. 

La vi extrañada y sin entender lo que realmente quería hacer. 

Había algo sospechoso en todo esto, no usaba un collar, no tenía puesto algún atuendo demasiado atrevido o usaba algún tipo de juguete. 

Muy por el contrario, mi vestido era bastante normal, ligero y accesible, lo escogí de esa manera para facilitar cualquier acción y no entendía qué estaba pasando. 

-Piensas comprar una jaula o algo así?

Bromeé con ella. 

Respondió a la broma con una sonrisa descolocada, después hizo una pregunta seria. 

-Te gustaría una jaula? 

Esquive su pregunta. No quería contestar porque en realidad no sabía con certeza qué pensaba de esa idea. 

-Honestamente no entiendo cuál es tu plan en todo esto. 

Su expresión cambió a neutral. Ocultando con ello cualquier señal o indicio de algún pensamiento. 

-Querida, el punto de este juego es ese. 

No quiero que estés lista para nada. 

Presté atención a sus siguientes palabras y mis entrañas revolotearon. 

-Tu rol es Complacerme donde y cuando quiera. 

No pienso avisarte, es lo más parecido a lo que hace una esclava. 

No hay situaciones y momentos específicos para algo.

-Interesante razonamiento señora Luthor.

Mi voz, un tono más grueso que antes. 

-Pero si no te gusta puedo decir cada paso que haré contigo en estos días. 

Mantenía una sonrisa cortez.