Erótico supercorp

Celos

Hablemos de Lena, es hermosa, sofisticada y domina el lugar con tan solo una mirada. 

Desborda poder en cada acción y siempre, sin importar que, se vuelve el centro de atención.

 Todos la miran y la mayoría la desea, buscan por todos los medios un poco de su consideración. Es fría y distante pero siempre amable y siendo honesta hay algo que siempre hierve en mi sangre, algo que no puedo controlar y hace que cometa  imprudencias, ver esa amabilidad, esa sonrisa seductora y su coqueteo natural no intencionado. 

Es una característica muy común en ella, algo que enamora, pero que ciertas personas confunden y toman como entrada para intentar seducirla. Se que ella no le toma importancia y muchas veces no lo nota, es solo su personalidad. Sin embargo eso no cambia que me moleste y me haga marcar territorio. 

Jamás admitiré esto frente a ella, soy Celosa, demasiado Celosa algunas veces y esta es una de esas veces.

…..…… 

Sus ojos verdes, brillantes y penetrantes me observan, siguen mis movimientos por el lugar. Me sonríe con calidez  devorándome con la mirada, habla con Andrea Rojas quien una vez más malinterpreta la acción de Lena, le acaricia el brazo para terminar en un ligero apretón en el bíceps, sus ojos soñados y su sonrisa de zorra son imposibles de no ver. Su acción no inmuta a Lena quien continúa viéndome con una chispa juguetona en los ojos. Andrea llama su atención y Lena se ve forzada a voltear y seguir con la plática. 

Me causa molestia, respiro profundo intentando calmarme. 

Nos encontramos en una fiesta de gala en la ciudad de Metrópolis con un montón de gente pretenciosa y asquerosamente millonaria. El lugar es sofisticado, la enorme ciudad brilla bajo la descomunal altura, rodeados de cristales gruesos y jodidamente limpios. 

Bebo de un trago mi whisky y siento el calor bajar por mi garganta, agradezco internamente a Lena por sus inventos, de lo contrario ya habría cometido una estupidez como calcinar a esa arpía que todos sabemos ha estado enamorada de Lena desde la universidad. 

Suspiro e intento ignorar el asunto. La risa fastidiosa de esa tipa no deja de resonar en mi cabeza. 

No puedo creer que siga intentando captar la atención de Lena, ya han sido demasiados años. 

Lo que me parece aún más bajo es la manera en la que la está embriagando y solo dios sabe de lo que Lena es capaz de hacer ebria. 

Lo cierto es que ninguna quería asistir a esta fiesta, pero compromisos, son compromisos. 

Particularmente disfruto poco de las fiestas cuando no es Lena la organizadora, pero esta rebasa el límite de mi odio y desagrado. 

Parecía que todos los reunidos en el lugar tenían un solo objetivo, mantenerme lo más lejos posible de Lena. 

La gran mayoría solo se detiene para preguntar y cuestionar sobre nuestra vida privada. Cosa que a nadie le importa, respuestas evasivas y sonrisas falsas. 

Era un hervidero de cotilleos, porque si, es una sala llena de gente que le envidia y le teme. 

Siento su mirada y veo algo en ella, puede ser incomodidad o simplemente hastío. Me observa como buscando calmarse, el vaso que sostiene parece demasiado apretado entre sus dedos  y sus ojos parecen analizar mi semblante, tal vez buscando un rasgo de cansancio o incomodidad. 

Pasan los segundos como si fueran horas y mi subconsciente me sumerge en la oscuridad de mi alma. Un deseo ferviente de posesión. 

Me acerco a ella con paso firme y decidido, ignorando por completo la conversación de ese anciano.