10. Ex de Edward, alias la Culebra.

6 0 0
                                    

Pov. Merlín 

Por la tarde estaríamos en camino a un restaurante en donde veremos, supuestamente, a la pareja del año.

- ¿Crees que en verdad nos cuenten? O sea, ella dijo que ella fue muy creativa en su declaración de amor y qué Edward quedó -hago cara de impactado y Camila se ríe.

- No lo sé... Lo único que sé, es que la preparación creativa de Isabell fue espectacular. Es decir, vi las fotografías y todo estaba lleno de cosas que le gustan a él. Había carteles hechos por ella, diciendo: "No cambies, gamer", "Hagamos nuestra vida como un juego sin fin". Y más, fue hermoso. Lo malo, es que Edward no tiene ni el más mínimo saber de qué hacer y eso frustra a Isabell. Además, agreguemos que ella le hizo un pastel. -Cam bebe un poco del refresco e intento imaginar una declaración perfecta. 

La que me invente en el avión fue hermosa. Pude notar que le gusto por sus ojos brillantes y sé que se lo imagino. Porque, vamos, Camila siempre me ha dicho que quiere que llegue un chico que le quite el sueño. Que quiere sentir cómo es besar a la persona que te gusta o besar a alguien con tanto sentimiento. Ahí como se ve, es intensa la chica. 

Y, ahora que lo pienso, lo último ya lo hizo, literalmente yo le cumplí ese deseo. El beso de ayer fue tan espectacular. No mentía cuando decía que seguiría pasando, me dio como un ataque de euforia. Deseaba besarla y hacerle sentir lo mismo que a mí. Es confuso, no quiero que me guste. Cuando éramos pequeños pasó una vez y me prometí que no volvería a pasar eso.

Ella era una cosita tan linda. Cachetes rosados, labios rellenos y de color cerezo. No quería que nadie se enterará que me moría por mi mejor amiga. Que no quería que tuviera a nadie más que a mí. Me enoja saber que era demasiado posesivo, al menos, ahora me puedo controlar más. Lo que no sé controlar ahora son los malditos celos. En el cole no me solía pasar esto.

- ¿En qué tanto piensas?, ¿Aló? -Sonrío y Camila se ríe de mí- eres tonto, creí que estabas en tu mundo.

- Estaba, tú lo has dicho -Camila se ríe de nuevo. 

Entre tanta espera y espera, nos van a dar ganas de comer antes de que ellos vengan. Venimos sin un snack.

- Recuerdame, ¿Para qué era esta salida? -Me sobo el estómago disimuladamente.

- Ya, cálmate. Venimos a ayudar o dar suerte, como sea, solo esperemos unos minutos más, ¿vale? 

Solo me limito a asentir. No quiero que este distante conmigo, no quiero que me evite, no quiero nada que me aleje de ella; solo quiero estar con ella todo el bendito día de hoy.

- ¿Por qué me sonríes así? -Sonríe y me observa fijamente.

Seré idiota. 

- Nada, te lo estás imaginando. -Camila iba a volver a hablar cuando Isabell llega rápido a sentarse a una de las sillas.

- Perdonen chicos, de verdad. No es educado ser impuntual, es solo que, Edward no encontraba sus pantalones -sonríe en burla y Edward, quien había llegado justo después de ella, sin saber que estaba siendo expuesto, solo se limita a sonreír.

- Me temo preguntar, pero, ¿Qué ha sucedido?

Comienzan una charla entre ellos y Camila me jala del hoddie. Se acerca a mí de la forma más delicada que pueda y me acerco un poco a ella.

Susurra: "No te parece que están actuando diferente a otros días." Asiento.

Luego Edward voltea a ver hacía las puertas y le toca la mano delicadamente a Isabell.

- Chicos, solo queríamos decirles que gracias por todo, pero, por cosas del destino -rueda los ojos enojada- la ex venenosa de Edward está en Brasil y por eso veníamos tarde también. La vieja nos estaba persiguiendo o bueno, lo estaba persiguiendo. También, es por eso que nos portamos más educados. Así que, por hoy, no podremos fijarnos en nosotros.

Dulce o TrucoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant