3. El sueño de Merlín y un "Adiós": "Hasta pronto".

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Pov. Merlín

- Hola bebé.

¿Ah? Achico los ojos confundido. No los quiero abrir por completo.

- Bebé.

Alguien me llama. Esto es raro. No estoy solo. Es más, lo peor es que reconozco la voz. Me pongo más lelo en mis sueños.

- Ya Merlín, despierta por la gran -espeta enojada. Me río un poco y comienzo a abrir los ojos. Observo a Camila molesta y con los brazos cruzados.

Se ve atractiva con ese vestido floral simple. Bueno, siempre se ve bien.

- Okay, esto es raro Cam, ¿Qué te pasa? -Cam se acerca y me toma la temperatura con su temperatura. No sé si me doy a entender, quiero decir que, ella se acerca y mide de frente a frente, ¿ya?

- Pues no, no tienes fiebre.

Se va y no puedo evitar observarla. Se ve demasiado bien. Y antes, su olor era tan perfecto. Era entre dulce y fuerte. Como si estuviera oliendo a dulces y caramelos.

Me encanta, quisiera tenerla en mis brazos, en este mismo instante.

Y puff sucedió. Cam esta entre mis brazos, pero bailando una canción romántica.

- Hey, Merlín -la veo a los ojos. ¿Por qué me siento tan extraño?- Me gustas.

Y de la nada ya no estabamos bailando, simplemente estabamos viendo las estrellas, en algún sitio.

- Tú también me gustas...

Río nervioso y confundido.

Espera, espera, espera; no pensé que lo diría así de rápido y relajado. Como si no fuera la primera vez en decirlo.

- Merlín, eres mi mejor amigo, pero me encanta tenerte solo para mí -sonríe débil. Me muero, se ve tan cute ("tierna"). Con sus ojitos de borrego.

- Aww cosita -la molesto. Este sueño parece demasiado cliché que tenía que regarla ("arruinarla"). Camila ríe.

- Eres tonto -Esa es mi Cam.- Pero así me gustas, bobo.

Me acerco y Cam se sorprende. Se queda quieta y creo que tengo una cierta necesidad de probar sus labios color cerezo. Necesito saber cómo se sienten. Quiero besarla. Quiero sentirla.

Camila se separa y me da un beso en el cachete. La observo desconcertado, me moría por probarla, de verdad, lo deseaba.

- Te quiero, vaquita -y se va sin más. 

No quiero que te vayas Camila. Quiero que te quedes conmigo y estemos abrazados.

***

- En verdad me costo despertarte, me tomo una eternidad...

Alega observando no sé qué en la ventanilla del avión.

Escuchar a una dulce Cam y luego a una quejona Cam, es muy confuso. Es como cuando entras a la ducha y estás caliente y el agua fría, te da un pequeño cosquilleo. Cuando desperté, Camila ya no estaba en mi pecho, más bien, estaba viendo el cielo a través de la ventana. Luego me preguntó que qué soñaba porque me veía confundido y feliz. 

Y bueno, cómo no estarlo. Me dice cosas lindas, que me quiere y más cosas y, apunto de besarla, se va, se esfuma.

Además, ¿Quién sabría que cuando uno sueña hace gestos de expresión en la vida real? Camila acaba de responder a esa pregunta. Luego, para quienes dicen que los chicos no tenemos sueños bonitos y de deseos puros con las chicas que queremos, vean que si hay algunos. Me incluyo, porque al parecer, siento algo por la mocosa.

O tal vez solo fue un sueño y ya. Luego le preguntaré a ella. Camila debe saber de esto, con tantas cosas que ve de escenas románticas y todas esas fantasías del amor, debe de saber el porqué de mi sueño tan extraño y espontáneo.

- ¿Qué tanto piensas? Ya te dije que no me importa el sueño que tuviste, con tal de que dejes de ver a la nada -me ve raro y sonrío- algo te preocupa, ¿Qué es? -Ven, le atina a todo. O el buda le pasa poderes mentales o está me salió ya toda poderosa. Bromeo, haciendo énfasis por la película de Todo poderoso.

- Bueno, soñé contigo, pero así de abrazos y que te quería besar y esas cosas del amor -termino y Camila analiza la información, como recopilando todo lo que le dije. Aunque no fue mucha información.

- Tranquilo, debe ser por el casi beso que nos dimos antes, relájate -sonríe y me tranquilizo- si te sientes mejor, me paso lo mismo, pero se veía tan perfecto que me dio como no-sé-qué. Fue raro, pero luego fue divertido porque comenzamos a bromear -se ríe y la acompaño.

Así que no fui el único. Me hace sentir cierto alivio. Aunque no le quita que fue demasiado extraño. Aprieto ligeramente los labios.

***

Salimos del avión y no vimos a nuestras madres, así que hicimos lo que nos ordenaron antes. Esperarlas.

Isabell y Edward nos habían dicho que si nos volvían a ver, se quedarían con nosotros el resto del viaje, porque les traíamos disque suerte. Lo cual es bonito, pero sería problemático para nosotros.

Luego de que ellos se fueran, Camila me vio algo nerviosa. En definitiva, piensa en la posibilidad de volvernos a encontrar. Después, a los cinco o seis minutos de esperar, llegaron nuestras mamás riendo. Se habían quedado dormidas. Típico.

Ya en el camino hacia el lugar de encuentro con nuestros hermanos. Camila estaba sentada junto a mí y me jala de la manga del suéter.

- Tengo el presentimiento de que ese no fue un "adiós", sino, más bien, un "hasta pronto".

Verla así, no me agrada. Se pone insegura e inquieta, pero a la vez no me asusto.

- Confía en mí, siempre estaré ahí para ti -tomo su mano y la sujeto con firmeza y cariño. Camila solo sonríe y asiente confiada en mis palabras.

- Está bien, solo te lo digo para que no te confíes. Sabes, que casi nunca fallo.

Asiento. Es bueno saberlo con antelación, pero aun así, ya está cubierto, por si llegará a pasar.

Dulce o TrucoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora