Dulce o Truco

15. Argentina.

Pov. Merlín

Fuimos a muchos sitios turísticos, tantos lugares que ya había visitado con anterioridad con mi madre y mi hermano, pero con ella. Es otra cosa.

La observo detenidamente como el viento se aventura en su cabello y deja en el aire su dulce fragancia. También las pequeñas gotas de las cataratas dejan un rastro de brillo resplandeciente en todo su rostro. 

Cuando vine con mi familia nos mojamos un montón, fue muy divertido, quería que no acabarán las horas y así nunca irnos, estar juntos, pero ahora, ahora quiero que todos se vayan y que me dejen solo.

Quiero que me dejen estar a su lado. 

Quiero atesorar este momento con ella.

- Merlín, te vas a mojar si te quedas ahí parado, mejor ven a mi lado. -Camila comienza a jalarme de la manga del suéter, que está ya empapado. Me pega a su cuerpo y puedo sentir que está igual o peor que yo.- Deja de moverte, es incómodo -Dejo de acomodarme, pero hay mucha gente. 

Que desagradable.

- Camila, sujétate fuerte.

Camila no refuta y se sujeta de mi brazo. Se siente tan lindo cuando se aferra, siento como si estuviera protegiéndola.

- Cuidado, vas a golpearla -menciono a un señor que se quedaba viendo directamente el abdomen de Camila. Estaba comenzando a subir la mirada hacía su pecho, pero me interpongo en su campo de visión.- Tenga cuidado de dónde pone esos ojos -hablo en un tono serio y el viejo rechista y se retira.

Nuestras mamás estaban muy lejos y nuestros hermanos igual. Sólo éramos ella y yo.

- Nos ha vuelto a pasar Cam -bajo mi vista hacía su rostro y Camila está súper sonrojada.- ¿Qué te pasa?, ¿Estás bien, te dará fiebre por estar húmeda? -Sujeto su cintura al sentir que la fila se comienza a hacer más estrecha. No quiero que la presionen.

- Merlín, me estás aplastando.

Susurra e intento darle su espacio, pero no puedo. La siguiente estación es para ver desde otra perspectiva las cataratas. 

- Perdón, no puedo moverme.

Siento como tiembla y me jala con desesperación.

- Merlín, alguien me está rozando el trasero -susurra con mucha incomodidad. De seguro no es con intención, pero si le incomoda, haré lo posible para que no se sienta así.

Cambio la posición para que su cuerpo pegue con los tubos. Su piel hace reacción y se le sale un pequeño jadeo. Un jadeo muy llamativo. Fue por la reacción de caliente y roce de frío, pero no quiero que nadie la escuche. Una señora me empuja y vuelvo a presionar su cuerpo contra las barandas frías. Vuelve a hacer el gesto de que haría el jadeo, así que me tiro a sus labios y le robo un beso. Suelta el jadeo dentro del beso, se escucho más suave y a la vez puedo sentir como está de caliente.

Camila sujeta mi ropa con firmeza y, de nuevo, se sonroja mucho. Sujeto su cintura, la elevo un poco para que suba su mirada a mí. Camila hace el movimiento y la veo con mucha intensidad.

- Lo que acaba de pasar, este momento, me pertenece...

Camila ríe y sonrío.

- Eres mía. -Camila sube la vista de nuevo y le robo otro beso, pero está vez más intenso. 

Quiero que sientas todo lo que me pasa cuando estoy contigo. Siento que no quiero que nadie más que yo puede saber esta parte de ti, nadie más que yo puede tener esa risa tan hermosa, quiero todo de ti, tus labios, tus dulces miradas, tu apariencia de niña pequeña y traviesa. Me estás volviendo loco.