Capitulo 17

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Puse mis manos alrededor del cuello de Ashton, nuestras caras estaban tan cerca, que puedo sentir su respiración chocar con la mía y su piel contra con la mía. Al sentarme en él, siento su erección completamente clavada en mí. Pongo demasiada presión en el cuello de Ashton, me quede bloqueada y Ashton puso sus manos en mis caderas. ''Muévelas, gatita'' Gemí y obedecí. 

Él cierra los ojos y ambos jadeamos, me acerco a él aun frotándome en su erección. Sus labios se conectan con los míos y él sonríe entre el beso, conforme el ambiente se tornaba más caliente, nos movíamos más rápido. Con un movimiento rápido me pone debajo de él, antes de bajar su rostro para mis piernas se detiene en mi cuello, deja unos besos húmedos, logrando que suelte varios gemidos no muy ruidosos. Sentí como mi cuello daba cosquillas después de que sus labios se despegaron de este. Era sorprendente lo que sentía con el tacto de las manos de Ashton en mi cuerpo, sonreí al sentir sus dedos acariciando mi entrepierna, estire mis brazos para atrás, me toma por los muslos y delicadamente me atrae más hacía él. Mi cuerpo sigue acostado cómodamente en el sillón, mis piernas se encuentran estiradas y Ashton sigue dando movimientos lentos en mi entrepierna. Su lengua pasa por mi zona y hace que suelte un gran gemido de desesperación, me sentía impotente, no podía ni siquiera cerrar mi puño, estaba perdida en un hueco sexual con Ashton.

Giré mi cabeza, cerré los ojos y suelto otro gemido, Ashton sonríe para después introducir dos dedos en mí. Inhale y exhale pero al fin y al cabo ambos soltamos un gemido ahogado. ''¿Te duele?'' Susurró con delicadeza para a los segundos meter otro tercer dedo.

No dolía, ardía pero solía acostumbrarme conforme el daba las embestidas. Por mi propia cuenta decidí examinarlo mejor, su piel era genuinamente hermosa al igual que sus rizos color castaño, cuando sus músculos se tensan es indescriptible y la manera en la que sus ojos se conectaban con los míos era casi imposible de creer. Intenté volver a poner mis manos en su cuello, necesitaba besarlo o comenzaría  rogar por ello, cuando el sé da cuenta de lo que quiero, esboza una sonrisa, se agacha y antes de tocar mis labios susurra.

''Papi te desea tanto, jamás obtendría suficiente de ti, gatita''  

Mis ojos se entrecierran y sus labios por fin tocan los míos, continuamente sus labios son lo que más quiero en este momento y de hecho los quiero todo el tiempo, sonrío al sentir que su lengua encuentra la mía. Él cortó el beso y se levanta, era como si estuviese todo borroso y no puedo ver lo que hace, cuando logro comprender, entre sus dedos tiene un paquetito color plateado, puedo ver que él se desespera, me levanté y pongo mis manos sobre las suyas.

''Yo lo hago'' Presioné mis labios con los de él y sonríe y me cede 'colocarle' el condón.

Diablos, pensé que nunca me servirían las practicas del condón con el pepino, solo que estoy demasiado nerviosa. Con mis dedos abrí el sobre y lo saqué con cuidado, respiré hondo y lo deslicé en la dura polla de Ashton. No sé si lo estoy haciendo del todo bien, veo a Ashton un poco avergonzada y él tiene los ojos cerrados. Cuando veo el condón puesto, lo observo por un segundo.

''Nena, lo has puesto bien'' Ashton me toma de los brazos para ponerme encima de él y besar mi cuello.

Suelto una risa de felicidad, aunque no le veo la gracia de saber poner un condón.

¡Enhorabuena por mí! Le debo una a la maestra Doroty por enseñarnos aquello. Rodé los ojos, estoy a punto de tener sexo y yo estoy acordándome de mi maestra de noveno grado, Doroty. Probablemente aquella señora ya está muerta, joder Katie concéntrate. Agité mi cabeza sacando por completo mis pensamientos, miré a Ashton a los ojos y él tiene cierto brillo que nunca había visto antes.

Suspiré para dejar que él me suelte poco a poco y su erección me penetre lentamente. Cerré los ojos al momento y escondí mi cabeza en su cuello, cuando él está hasta el fondo, empieza a sacarlo y meterlo lentamente, me vuelvo a acostumbrar a lo largo y ancho y doy saltitos encima de él.

the neighborWhere stories live. Discover now