Capitulo 50

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Ashton se había arremangado las mangas de la camisa y se desacomodo la corbata para ayudarme a terminar la pequeña zona para después llevar el bote de agua al patio. Me había acostumbrado al ambiente de la casa, a estar cerca de Ashton la mayoría del tiempo. En las dos semanas que llevo viviendo con él, aprendí un poco más de sus costumbres, Ashton antes de irse hoy por la mañana me dijo que el personal llegaría en un rato más. No tengo idea a que tipo de personas contrató y de pensar que estaré sola con ellos o ellas por cinco horas, me hace estremecer. Hablé con John ayer, me dijo que mamá le había pedido que no me contará nada sobre sus tratamientos, siendo sincera, no me importaba, suena feo, pero es la verdad. No me importa. Larissa me contó que quería conseguir su vestido de novia y me siento nerviosa, no será mi boda y estoy nerviosa, lo que nunca creí se hará realidad, mi hermano se casa con mi mejor amiga. Nunca pensé que todo esto terminaría así, ellos juntos y yo con una buena historia para contar a mis futuros hijos, si los llego a tener, claro está.

Peine mi cabello en una trenza y tome otro sorbo de jugo de uva, Ashton sabe que es mi favorito. Desbloquee mi celular y abrí el mensaje que justo hace tres minutos llegó:

''Hey xx''

Luke, es Luke.

Borré el mensaje y masajee el tallo de mi nariz, soltando un gran suspiro y tomando otro trago de jugo. A veces pienso que debí ignorar a Ashton y seguir con Luke a pesar de los pequeños problemas que él causaba, a veces, me reía y pensaba lo estúpida que soy, nunca hubiera hecho eso, nunca. Reí para mis adentros y el timbre se hizo sonar por la casa, haciéndome callar y caminar con pereza hasta la puerta principal, abrí la puerta y abrí los ojos estruendosamente. Las mujeres que están enfrente de mí no son necesariamente señoras mayores con sonrisa adorable, son tres castañas, todas parecen tener alrededor de veintitantos años. Abrí mi boca para decir algo pero una de ellas me hizo a un lado, examinando la casa, después de que ella entró, las demás se tomaron la confianza de entrar y no cerrar la puerta por detrás de ellas.

''Ashton nos ha llamado'' Dijo una. ''Supongo que eres su hermanita, ¿no?''

Subí una ceja.

''¡Pido hacer la cama de Ashton'' Chillo la otra, una rodó los ojos e hizo una burbuja con su chicle morado.

''Tú no harás ni una mierda, si alguien hará la cama de ese hombre, seré yo'' Dijo la que primero hablo, mierda, aun no las distingo. Bola de putas todas.

''¿Disculpen?'' Dije incrédula. ''Ninguna de ustedes bola de putas va a hacer la cama de mí novio'' Remarqué las últimas palabras y abrí la puerta de nuevo. ''Anden que me están provocando sida'' Moví mis manos, tratando de no tomar el jarrón y aventárselos en la cara. Ellas hicieron un puchero, y no parecían ceder.

''Ashton nos ha dado órdenes de limpiar esta casa, no podemos irnos sin hacerlo'' Gruñó la más alta.

''Me vale un pito si el mismísimo Dios les dijo que vinieran a limpiar esta casa, anda, todas afuera''

Una trató de tomarme de los hombros, me alejé y ella rodó los ojos. ''No nos moveremos de aquí hasta que terminemos con esta casa''

Bien.

Limpien la puta casa, bola de gatas.

Tomé las llaves de mi carro con cierto coraje, arrastrando a pisoteadas mi enojo. Cerré la puerta de un portazo y me subí a mi carro, abriendo y cerrando la cochera cuando ya estaba afuera. Sé dónde es la oficina de Ashton, sé dónde es el maldito edificio.

Estoy tratando de manejar lo más ligero posible que puedo, evitando acelerar y atropellar a cada alma miserable que se me cruzara en el camino. Me estacione tan mal que deje hablando al pobre guardia del estacionamiento, tanta era mi frustración que me di la vuelta y le lancé las llaves, él las cacho, espero que las intenciones solo sean acomodar el carro, de todos modos, no hay nada de valor adentro, me doy cuenta que tan tonta y bruta puedo ser cuando realmente estoy enojada. Entre al edificio color crema y habían demasiados planos dibujados como arte en las paredes, la recepción era algo extensa, mire el cuadro donde busque el nombre de Ashton, su oficina está en el tercer piso. Me subí en el elevador, también ignorando los gritos de la secretaría, al diablo esa señora.

the neighborWhere stories live. Discover now