Malas Intenciones

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"No puedes estar hablando en serio."

Nando observa  cuando Mandy recoge un par de cosas que mantiene en el departamento del hombre antes de irse esa noche.

"Hablo muy en serio, Nando."

"No eres el único que debe encargarse de sus asuntos, de vez en cuando."

Mandy da un último vistazo a su reflejo en el espejo antes de quedar satisfecha con su apariencia.

"Ademas, tu tambien tienes trabajos que hacer."

"Una hermanita a la que cuidar."

"Así que será mejor que yo..."

Nando sostuvo con fuerza el brazo de la niña para detener sus palabras.

"Esto es porque tuve que cuidar por un maldito día a mi hermana?"

Mandy mira directamente a los fieros ojos de Nando.

"Ella no es tu hermana de sangre."

"Además, tu puedes decirme que solo interactuas inocentemente con ella..."

"Pero no estoy segura de que eso sea cierto."

Nando sonríe perversamente porque percibe el claro tono de celos en su chica.

"Estás celosa de ella, encanto?"

"En verdad sientes celos de mi relación con Lily Bianchy?"

Mandy aparta la vista porque no quiere mirar al hombre a los ojos, pues él siempre parece leer sus sentimientos a través de su mirada.

"No te des tanta importancia, Fernando."

"Tu solo eres uno más de la larga lista de mis amantes..."

"AAAAAHHHH!"

Mandy gritó cuando la mano de Nando golpeó su trasero.

"Y esta nalgada es por haberme llamado Fernando!"

"Soy Nando o dios del sexo para ti!"

La chica volvió a gritar cuando la gran masculina mano del chico se estrello en su carne.

"BASTA!"

"Debo irme ya!"

Vociferó Mandy enfadad por la infantil reacción de Nando.

"Ese es tu nombre y puedo hacer con mi vida lo que me venga en gana!"

"Nando..."

Las palabras de la chica murieron devoradas en la experta boca del hombre quien arrasa con el inútil intento de Mandy de alejarse de él.

"Belleza de fuego, eres mía."

"No te encerrare en este departamento, eres libre de ir a donde quieras."

Nando susurra sus palabras en el oído de la chica, provocandole un delicioso escalofrío que le recorre el cuerpo.

"Pero quiero que sepas que tu lugar es a mi lado, en mi cama, en mi vida..."

"Comprendes?"

El enfado, la pizca de celos y envidia que envenenaban a la chica se diluyeron despues de escuchar las declaraciones de su hombre.

"Si tienes que ir a hacer un trabajo, adelante."

"No te detendré ni amarrare, aunque ganas no me faltan."

La lujuria se dibuja en la cara del hombre mientras se muerde un poco el labio inferior, provocando el deseo en la chica.

"Es que yo..."
"Bueno..."

Mi Romance con un Sensual StripperWhere stories live. Discover now