El Escort de Lily

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Lily bajó la cara y volvió a cerrar los ojos.

Recargada contra el pecho de Gustavo, la joven trató de hacer ejercicios de respiración para tranquilizarse.

Gustavo comenzó a acariciar delicadamente con sus manos la espalda y cabello de la joven.

Estas caricias poco a poco fueron relajando a Lily, a tal grado que se hubiera quedado dormida...

De no haber sido por todo los gritos enloquecidos de las mujeres, la música que cambiaba constantemente de ritmo e incluso se escuchaban gemidos muy cerca de Lily.

Gustavo conoce a la perfección el efecto que causa Mario en las mujeres cuando Él hace su bien ensayada rutina en estas despedidas de soltera.

El joven Escort ya tiene algun tiempo trabajando con el Gran Mario y es su modelo a seguir.

Gustavo anhela llegar a ser tan solicitado, famoso, cotizado y adinerado como el Gran Mario lo es, algun día.

Lily en sus brazos parece una niña pequeña a la que esta reconfortando después de ella hubiera llorado durante un buen tiempo.

Al joven le parecía que la chica buscaba sentirse cómoda y segura abrazandolo de forma tierna.

Pero, lo que Gustavo no entendía es porque ella se acurrucaba contra su pecho con los ojos cerrados.

Lily, a diferencia de la gran mayoría de mujeres a las que Gustavo había sido su acompañante en las despedidas de soltera previas, no mostraba ese interés sexual desenfrenado por Mario.

Gustavo había presenciado miles de veces como esas mujeres en los shows privados se desvivían por ver, tocar, besar y de ser posible llevar a la cama al Gran Mario.

De hecho varias veces Gustavo mismo había "aliviado" los deseos sexuales reprimidos de varias de sus clientas.

Claro está, siempre y cuando fueran de su tipo y pagaran el precio acordado.

Negocios son negocios.

Todo se limita a eso, estrictamente dinero y negocios.

Por lo que después de haber tenido relaciones sexuales con sus clientas, una sola noche, Gustavo jamás las volvía a ver.

Mucho menos les daba su número privado.

Y menos comenzaban un noviazgo.

Sus clientas lo sabían y aceptaban el trato gustosas.

A esas mujeres les parecía bien probar un pedacito de dulce si no podían probar el suculento pastel que es Mario.

Gustavo es joven, guapo, fuerte y un amante muy complaciente y dedicado que siempre dejaba satisfecha a su compañera de cama.

Sabía esto de boca de las chicas y señoras con las que se había acostado.

Con los ojos cerrados Lily escucha el latido del corazón de su Escort y aspira el delicioso aroma de su loción mientras que no puede evitar seguir pensando en los ojos penetrantes de Mario...

Esos ojos que la habían visto como si la desnudaran lentamente y comenzarán a hacerle el amor a la distancia.

"Todavía falta mucho para que termine el show, Gustavo?"

Volvió a preguntar Lily al joven acercandose a su oído.

Lily hizo esto debido a que la candente y sexi música aunada con los gritos eufóricos y las risas eran ahora mucho más altos...

Considerablemente más altos.

"Porque preciosa?"

"Acaso no estás disfrutando del show que está ofreciendo el Gran Mario?"

Mi Romance con un Sensual StripperWhere stories live. Discover now