Valiosa inversión

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María no supo como es que había llegado a esa habitación.

Ni quien es el hombre que está con ella en estos momento, por dos razones simples.

La primera de ellas, es que sus gafas están perdidas por algun lado.

Y la segunda es que la habitación esta sumida en una penumbra...sensual.

"eeeemmm...disculpe."

La nube de la lujuria ya había descendido del cuerpo de María despues de ser arrastrada a esa habitación.

"Si?"

Una voz masculina a su lado la hizo brincar.

"Oh lo siento, es que sin mis anteojos no puedo ver..."

"Además, esta sumamente oscuro en este lugar y..."

"Por cierto, donde estamos?"

"Quien es usted?"

El hombre puede ver que la mujer sigue hablando hacia donde se supone que estaba él recargado contra la pared.

"No recuerdas nada?"
Cuestiona el hombre.

María escucha que la voz es ahora más lejana, por lo que extiende sus manos hacia el lado donde se supone que estaba esa sombra borrosa oscura...

Pero no hay nadie ahí.

"Dios mío, hice algo malo?"

"Estoy arrestada o algo asi?"

De pronto, María se pega a la pared mientras hiperventila.

"Nunca he sido arrestada..."

"Nunca me he metido en problemas de ninguna especie!"

"Oh señor, por favor, debe haber un error!"

"Yo solo estaba..."

De pronto Maria recuerda donde estaba y lo que estaba haciendo...

La mujer se estremece con el recuerdo del orgasmo tan intenso que experimentó en esa silla.

Con ayuda de unas manos extrañas, que ella pensó en serio que había imaginado o soñado.

"Esto es porque estaba en ese maldito show de los escorts?"

El hombre deja la espantosa, grande y anticuada bolsa deslavada de María en el suelo antes de tomar los anteojos con sus manos y extenderselos.

María toma los anteojos con sus temblorosos dedos para ajustarlos.

"DIOS SANTO!"

La mujer jadea cuando por fin puede ver, frente a ella al más perfecto especimen masculino.

No es de la belleza típica de los escorts que danzaron eróticamente para las mujeres esta tarde.

No.

Este hombre exuda un aire de masculinidad rústica, aspera, dura, cruda, natural, como si fuera un leñador sexy con un traje de vestir.

"aaaahhhh..."

El corazon de María vuelve a latir enredadamente mientras admira de arriba a abajo al rudo hombre frente a ella.

Y su boca deja escapar un gemido que la avergüenza de inmediato.

"Si, esa es la reacción que casi siempre causo en las mujeres..."

Incapaz de mover un solo músculo, Maria observa como el hombre se acerca a ella.

Colocando una gran y fuerte mano al lado de la cabeza de la asustada mujer, Ray la observa.

Parece un conejito asustado en las garras del hambriento lobo.

Mi Romance con un Sensual StripperWhere stories live. Discover now