Capítulo 30

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No iba a negar que no se me cayó una lágrima al escuchar a Caleb dar el sí

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No iba a negar que no se me cayó una lágrima al escuchar a Caleb dar el sí.

Fue tan emocionante.

Una vez terminada la ceremonia oficial en la iglesia, seguía lo más importante: la fiesta.

Tenía una mezcla de sentimientos muy extraña en mi interior. Euforia y alegría por la consumación matrimonial de mi hermano más grande con el que supuse el amor de su vida, y un manojo de nervios en gran parte por que todo saliera bien y para que la prohibida relación que llevaba con Cole no se escapara a la luz con algún movimiento o tacto medianamente extraño.

Mis familiares solían ser en su mayoría viejas arpías que atacaban como víboras con sus lenguas. El chismorreo era el pasatiempo favorito de ellas, en especial cuando habían festividades como estas.

Todos los invitados nos adentramos en el salón.

Estaba acomodado a la perfección; con decoraciones de color blanco, oro y borravino, formando una perfecta combinación que emanaba clase y elegancia.
Separados según proximidad y parentesco, cada persona se vio obligada a tomar asiento en su lugar correspondiente.

Yo quedé en una de las mesas más cercanas a los novios, junto a mis amigos, con Lia y Dina a mi lado y a Cole en frente mío. La distancia parecía ser eterna entre nosotros debido al pedazo de madera circular que rodeábamos.

Cuando el pecoso apoyó su trasero en la silla y finalmente hizo contacto visual conmigo a lo lejos, una sonrisa de labios pegados se formó en su rostro, permitiéndole a sus pómulos que casi hicieran desaparecer sus ojos debido al levantamiento de comisuras.

Le devolví el gesto.

Se lo veía tan tierno y lleno de paz.

Corrí mi vista hacia la mesa principal. Un Caleb sumamente feliz reía a carcajadas en el cuello de su reciente esposa, quien también dejaba escapar de sus labios una risa honesta. No existía consuelo más grande para mí que saber que esa era la puerta de libertad que dejaba de atar a mi hermano a su condena: vivir con mi padre.
Sierra y él lo traían todo calculado. Recorrerían toda europa como parte de su luna de miel y se quedarían a vivir en el país que más les gustase estando allí.

¿Era arriesgado? Sí.
¿Era romántico? No cabía duda.

Por fin, a sus tantos años de edad y sin estar vigente en muchos de estos, le veía vivir la vida felizmente.
De ser criado para liderar la familia, cuidar a otros y ser el alfa como le ha implorado Jack desde pequeño, a ser un espíritu libre y aventurero que supo aprovechar las oportunidades para vivir verdaderamente su vida.

𝐁𝐑𝐎𝐓𝐇𝐄𝐑 ✔Where stories live. Discover now