3. Mina

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Miércoles. Chaeyoung despertó muy temprano, habían pasado tres días desde la cena con los Myoui, y hoy se volvería a reunir con ellos. Por alguna extraña razón se sentía entusiasmada.

-Oh, Chae, estás despierta – dijo Jihyo con sorpresa mientras abría la puerta y entraba a la habitación de la chica.

Jihyo era la jefa de sirvientas, había trabajado para la familia Son desde hacía 15 años, era prácticamente la segunda madre de Chaeyoung. Una mujer muy paciente y amable, siempre con una sonrisa contagiosa, sin embargo, poseía un carácter fuerte. Con frecuencia se le veía usando un vestido gris con una camisa blanca por debajo como uniforme, con su cabello corto pelirrojo amarrado en forma de cebolla.  Era la persona más cálida que la señorita Son había conocido. Jihyo sabía cómo ser una buena líder y a la vez tan cariñosa y confiable. Su marido, Daniel, falleció cuando apenas tenían un par de años de casados, desde entonces la señora Park tuvo que comenzar su trabajo como servidora doméstica.

-Estoy emocionada, hoy iremos al establo- dijo Chaeyoung sonriendo.

-Eso escuché, vendrán los Myoui a hacerles compañía, espero que te la pases muy bien, querida. Traje tu desayuno – terminó de decir Jihyo mientras le daba un beso en la frente a la menor – Provecho.

Chae prefería desayunar en su habitación, era de las pocas cosas que le permitían sus padres. Apenas terminó de comer y apresuró a bañarse para posteriormente vestirse, la familia Myoui llegaría en un par de horas.

En los tres días que habían pasado, ella no podía dejar de pensar en Mina, se sorprendió a sí misma, pero trataba de convencerse que era porque se sentía conmovida por la amabilidad de la japonesa.

Alguien tocó la puerta. – Adelante – dijo Chaeyoung recién bañada y con una toalla cubriendo su cuerpo.

-Señorita Son, Jihyo me dijo que preguntara si necesitas algo – exclamó una entusiasta Sana entrando a la habitación.

-Sana, ¿cuántas veces te he dicho que sólo me digas Chaeyoung? – dijo la coreana sonriendo.

-Disculpa, aún no me acostumbro – dijo Sana tímidamente.

Sana era una joven japonesa un par de años mayor que Chaeyoung, llevaba un año en Corea, pero dominaba bien el idioma, tenía seis meses trabajando para la familia Son y era la encargada de la comida, principalmente de los postres, se caracterizaba por ser muy distraída. La japonesa siempre tenía puesto un vestido rojo con una camisa blanca por debajo de este. Su cabello era castaño, no muy largo y se lo dejaba suelto. Una joven realmente atractiva, incluso jóvenes nobles quedaban asombrados por su belleza. Sana no sólo era hermosa, también muy amigable, tierna y tenía una energía que contagiaba a los demás.

-Ya que estás aquí, ¿qué crees que se me vería mejor puesto? – preguntó la coreana mientras veía su guardarropa.

-Para ser honesta, cualquier cosa se te ve bien – respondió la mayor sonriendo.

Sana podía ser tímida para hablarle a Chaeyoung por su nombre, pero no lo era al decirle comentarios coquetos. No era algo que incomodara a la coreana, no se los tomaba en serio, sabía que no era personal, esos comentarios la japonesa se los decía con mayor frecuencia a Dahyun, una joven coreana que también trabajaba como empleada de la familia Son.

-Creo que usaré mi abrigo rojo de cuadros, con este pantalón negro y esos zapatos blancos bajos – expresó la joven.

-Buena elección, pero ¿por qué no consideras estas botas largas y negras? – preguntó la japonesa acercándole el par – son lindas y elegantes.

The Reason Why [Michaeng]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora