23. Acepto

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El sol estaba brillante aquella tarde, el cielo se notaba despejado. Era un hermoso día, perfecto para una boda.

Pero el clima no coincidía con la tormenta que se encontraba atrapando el corazón de dos jóvenes de Suwon. Sin importar cuán precioso fuera el día, ninguna belleza se comparaba a la felicidad que sentía estar una con la otra.

Todos los invitados asistieron gustosos a la ceremonia, la iglesia se encontraba decorada y elegante, producto de una generosa limosna que ofreció el señor Son.

Flores blancas adornaban los asientos y muros de la iglesia, listones del mismo color colgaban del techo. Perfumada con olor a rosas. Lucía dignamente para una boda de la clase alta.

Chaeyoung estaba sentada en la primera banca de la capilla, sería testigo en primera fila de la unión entre su hermano y la mujer que amaba.

Aquel asiento se le había otorgado por ser parte de la familia protagonista, pero no se podía negar que a los hombres Son les causaba placer saber por la tortura que tendría que pasar Chaeyoung.

Sentía ansias por correr y esconderse, las náuseas apoderaban su cuerpo, su vista era borrosa, todo parecía dar vueltas a su alrededor. El caos en su interior se escondía bajo un cuerpo estático.

Jinyoung reflejaba prepotencia, parado esperando en el altar con un elegante traje, una sonrisa cínica de victoria se escapaba de su rostro mientras miraba a su hermana.

La menor sostenía la mirada en el suelo, fue entonces que la tradicional música comenzó a sonar. Mina estaba entrando.

Comenzó a sentir la mirada de la japonesa clavada en su espalda, no voltear a verla requirió de toda su fuerza de voluntad.

Sin embargo, no pudo resistir por mucho tiempo; giró su cuerpo y se encontró con la mirada de una novia japonesa bella caminando hacia el altar acompañada del señor Myoui.

Se veía aún más hermosa que la tarde en donde la vio probándose el vestido, y se dieron aquel beso. El último beso.

Los ojos de la coreana se humedecieron, su semblante cambió por completo, parecía que sus ojos quisieran gritar las palabras que su boca callaba. Su mirada era suplicante, se sentía impotente. Mientras que la japonesa le devolvía la vista con tristeza.

Finalmente, la señorita Myoui llegó al altar, pero ya no sería más la señorita Myoui. No, ahora se convertiría en la señora Son; pero, permanecería siendo el amor imposible de Chaeyoung.

El sacerdote comenzó con la ceremonia, sus palabras eran incomprensibles para la coreana, no estaba prestando atención. Lo único que pasaba por la mente de la joven eran los buenos recuerdos con Mina, y cómo jamás volverían.

El tiempo se detuvo para Chaeyoung, no podía percibir lo que ocurría a su alrededor, tampoco podía apartar su vista de la mujer que amaba.

Aquellas palabras que tanto temía la sacaron de su shock. Escuchó la respuesta de su hermano.

—Acepto —respondió el joven Son.

Entonces, el padre prosiguió con la siguiente pregunta. El cuerpo de la coreana tembló.

—¿Mina, aceptas a este hombre como tu legítimo esposo y prometes serle fiel en lo próspero y en lo adverso, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, amarlo y respetarlo todos los días de tu vida hasta que la muerte los separe?

El estómago de Chaeyoung se revolvió, no pudo detener las lágrimas que partían de sus ojos rojos.

Mina al escuchar aquella pregunta mantuvo su mirada cruzada con la de la menor. Chaeyoung la observaba mientras negaba con la cabeza, suplicando en silencio.

The Reason Why [Michaeng]Where stories live. Discover now