9. Deseaba

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—¿Mina? ¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó Nayeon. Rápidamente se separaron una de la otra.

—Madre, ella sólo vino a...

—Le pregunté a la señorita Myoui —interrumpió en un tono molesto.

—Señora Son, me ofrecí como modelo para que Chaeyoung pudiera dibujar —explicó con la cabeza agachada.

—Entiendo, es muy amable de tu parte, ¿Y qué tal va el trabajo?

El tono de su madre ahora parecía más tranquilo, pero Chaeyoung sentía desconfianza, sabía que terminaría siendo regañada una vez que Mina se fuera.

—Estoy a punto de terminar, estoy dibujando el rostro de Mina.

—Ya veo, bueno, si no les molesta me quedaré aquí —la menor tragó saliva al escuchar a su madre.

—Claro, terminaré algunos detalles del rostro, Mina, ¿puedes voltear a verme? —preguntó Chaeyoung.

La mayor obedeció, ambas chicas ahora estaban nerviosas, el salón se sentía tenso con la señora Son mirándolas fijamente. A la coreana le costaba concentrarse, sentía miedo de lo que ocurriría después. Hizo su mayor esfuerzo, terminó el dibujo.

—Listo —suspiró.

—¿Puedo verlo? —preguntó Mina sonriendo.

—Claro, ahora ya puedes verlo —sonrió la menor.

—¡Chaeyoung! Es hermoso —dijo la japonesa con honestidad— Dios, qué bello, tan sublime.

—Es porque eres tú —expresó la coreana, olvidando que su madre estaba escuchando.

—Qué dulce —respondió Mina conmovida.

En efecto, el dibujo era hermoso, los detalles, sombras y cada trazo fueron hechos con dedicación, cinco horas de trabajo había costado, cinco horas en donde la inspiración de Chaeyoung fue completamente Mina.

La señora Son se acercó al tablero de dibujo, miro el papel y su expresión fue de auténtico asombro.

—Ciertamente es muy hermoso, Chaeyoung.

La menor había olvidado cuándo fue la última vez que su madre le había hecho un cumplido, se sentía feliz al escuchar esas palabras. Aunque lo que le daba más felicidad era ver el entusiasmo de Mina, sus ojos parecían brillar de la emoción.

Jihyo tocó la puerta.

—Adelante —dijo Nayeon.

—Señora Son, ¿me permite un momento?

—Claro, un segundo. Ahora vuelvo —dijo dirigiéndose a las jóvenes, después salió del salón.

Chaeyoung seguía sentada frente al tablero, la japonesa se paró detrás de ella, colocando sus manos sobre los hombros de la coreana.

—Sigo sin creerlo, es bellísimo —expresó Mina.

—Bueno, es todo tuyo.

—¿Qué? No puedo aceptarlo.

—Claro que puedes, es mi agradecimiento —insistió.

—Pero...

—¿Rechazarás mi regalo? —interrumpió Chaeyoung.

—No... —Mina se rindió.

—Bien, entonces tómalo – ordenó la menor acercándole el dibujo. Mina obedeció, aun viéndolo con asombro. Sonrió y en un movimiento rápido plantó un beso en la mejilla de la coreana.

The Reason Why [Michaeng]Where stories live. Discover now