17. Trece campanadas

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Era medio día, el mal presentimiento de Mina se volvía cada vez más difícil de ignorar mientras esperaba con impaciencia la llegada de Bambam a casa. No estaba segura del origen de su preocupación, pero sabía que no se iría hasta que viera a su primo.

Su padre había ido desde muy temprano a la mansión de los Son, para seguir buscando a Jinyoung, como había prometido. En cuanto el señor Myoui volviera, Mina le insistiría en ir a casa de los Kim.

—Mina, la comida está lista —aquella dulce voz interrumpió los pensamientos de la joven mientras veía por la ventana.

—Lo siento, Momo, no tengo hambre.

—No has comido nada en todo el día, prueba un bocado —insistió, y Mina sonrió.

A regañadientes saboreó un poco, lo que no sirvió de nada para calmar sus nervios. Había olvidado lo que era sentarse sola en el comedor, hacía falta la compañía de Bambam, no imaginaba que ese sentimiento perduraría por el resto de su vida.

Dieron las dos de la tarde, la japonesa escuchó un auto estacionarse enfrente de la puerta principal, visualizó por la ventana y se extrañó de ver a Namjoon bajar de él, en su rostro se notaba preocupación. Los nervios de Mina aumentaron, abrió la puerta y corrió hacía él.

—Namjoon, ¿qué haces aquí?

—Mina, lamento llegar de imprevisto, sólo quería ver a mi hermano —explicó.

—¿De qué hablas?

—Yugyeom —repitió con nervios.

—Pero ¿No está en tu casa?

—No, él está aquí, con Bambam —respondió con temor, Mina sintió un nudo en la garganta.

—Nam, no he visto a mi primo desde anoche.

Fue la primera vez que ambos pudieron experimentar el terror provocado por unas simples palabras, parecía que el tiempo se detuvo, al igual que sus corazones. Entraron en un estado de confusión.

—B-Bambam me dijo que Yugyeom se quedaría dormir aquí, y después nos acompañarían a comer —dijo con la voz quebrada.

—La última vez que lo vi fue poco antes de irme con Chaeyoung —al momento de decir aquellas palabras, recordó lo bella que había sido la noche con la coreana, sin embargo, el arrepentimiento y la preocupación opacaron los buenos recuerdos.

Namjoon se dejó caer en las escaleras que conducían a la puerta principal, con la vista hacía el piso, su mirada lucia perdida.

—Ellos salieron al jardín —balbuceo.

—¿Qué?

—Ellos salieron al jardín, eso fue lo que pasó la ultima vez que los vi – habló fuerte.

—¿Por qué no fuiste con ellos? —la voz de Mina sonó alterada.

—¿Qué podía hacer? Estaba acompañando a mi abuela, no la puedo dejar sola.

Mina se resistió a responder, debía cuidar sus impulsos y tratar de mantener la calma, mientras ignoraba los miles de escenarios que aparecían en su cabeza.

—Creo que fuiste la última persona en verlos.

—Y en la mansión de los Son —suspiró un segundo— Creo que lo mejor será que vaya a preguntar.

—Déjame acompañarte —pidió Mina, y Namjoon asintió con un intento de sonrisa.

Mina rápidamente subió al auto, el camino fue silencioso, ambos estaban perdidos en sus pensamientos. No había pasado ni un día, esperaba que en algún punto Bambam apareciera e hiciera alguna broma sobre ella, como siempre. Incluso pensó en la posibilidad de que ellos hubieran huido juntos, pero sabía que su primo jamás se iría sin despedirse.

The Reason Why [Michaeng]Where stories live. Discover now