The Reason Why [Michaeng]

18. Me casaré

El mundo de Mina se había detenido, trataba de asimilar lo sucedido mientras no despegaba la mirada de los cuerpos sin vida de ambos jóvenes que habían sido su apoyo. Las ropas de ellos estaban sucias y cubiertas de sangre.

Todo buen recuerdo que tenía Mina con su primo se había nublado de miedo, lamentos y dolor, ya nada importaba, ni siquiera Chaeyoung.

—Mina —dijo su padre tomando su hombro— Te estaba buscando, creí que Chaeyoung estaba contigo.

—Bambam —susurró.

Su padre trataba de evitar mirar el cuerpo de su sobrino, lo único que buscaba era volver a su casa con su hija, pero no podía evadir la culpa por mucho tiempo.

—Él no merecía esto —dijo el señor Myoui.

—Prometiste que siempre me cuidarías y te fuiste —dijo la joven aún conmocionada, hablándole a una persona que no podía escucharla.

—Sabes que él te amaba —consoló abrazando a su hija, pero la japonesa seguía sin poder llorar.

—Mina —exclamó una voz masculina a las espaldas de la joven.

—Jinyoung, te estuvimos buscando toda la mañana —dijo el japonés, observando con sorpresa la ropa de el joven Son cubierta de sangre.

—Me quedé dormido dentro de mi auto, lo siento —trató de explicar nervioso— Mina, ¿estás bien?

Ella volteó su mirada, viendo cómo Jinyoung reflejaba en sus ojos una hipócrita preocupación.

—Quiero estar sola, Jinyoung.

—Lo mejor será que te vayas, luego podrás hablar con ella —dijo con calma el señor Myoui.

—Pero, Mina...—al notar la mirada firme del señor Myoui dejó de insistir— Claro, adiós.

El lugar en donde toda la multitud se había reunido para presenciar el lamentable escenario, ahora estaba casi vacío, poco a poco todos regresaban a sus casas. Los únicos que permanecían a las afueras de la iglesia eran los familiares de las victimas, las familias Kim y Myoui se encontraban atrapados en un duelo que les impedía moverse.

Jinyoung subió a su auto, se acomodó el sucio traje, y comenzó a conducir con dirección a la mansión con su apellido, en donde ya se encontraba el resto de su familia.

Chaeyoung se bajó del automóvil cabizbaja, no podía ver las palabras del padre como otra cosa que no fuera una amenaza. Muchas cosas atormentaban sus pensamientos, apenas comenzaba a asimilar la muerte de la pareja, mientras trataba de comprender la actitud de Mina.

En el pasillo de camino a su habitación, su padre se detuvo delante de ella, impidiéndole continuar el paso. Chaeyoung levantó la mirada para observarlo fijamente.

—¿Ahora comprendes la importancia de respetar la palabra de Dios? —dijo mirándola con burla.

—Lo que dijo el supuesto padre son palabras vacías y sin valores, no las confundas con Dios —exclamó con firmeza la joven.

—Escúchame, Son. Poco me ha importado lo que suceda contigo, pero cuando te interpones con mis objetivos, entonces debo actuar.

—Sé muy bien que no te importo, me pregunto si alguna vez has tenido una actitud paternal hacía mí —dijo Chaeyoung tratando de mantenerse firme, aunque la sensibilidad en su pecho la hacía querer romperse. Sin darse cuenta con aquellas palabras había lastimado el orgullo de Jaebum.

—He perdido toda esperanza de que te conviertas en una persona decente, Chaeyoung —exclamó indiferente— Pero, Mina es la futura Señora Son, y si sigues intentando impedirlo, entonces tendrás que enfrentar las consecuencias.