I SEE RED | YOONTAE

09: Correct?

Los rayos del sol se colaban a través de las cortinas que cubrían los ventanales que Agust tenía frente a su cama, sin embargo, no fueron éstos los que lo despertaron de su dulce sueño al chico pálido.

Fue un sonido: su puerta principal siendo abierta.

Silenciosamente salió de su cama, no sin antes tomar la pistola que tenía bajo su almohada, una Bersa Thunder 45, estaba descalzo así que eso le facilitaba ser más silencioso mientras se dirigía a la puerta de su cuarto.

Aunque antes de siquiera tocar la manilla, la puerta se abrió.

Agust no dudo ni un segundo para apuntar en la frente de la persona que se atrevía a entrar a su casa sin ser invitado, pero bajó rápidamente su mano junto al arma al ver que conocía el rostro frente a él.

— Maldición, podría haberte volado los sesos, ¿sabes? — suspiró exhausto y volvió a respirar con tranquilidad mientras volvía a su cama y guardaba su arma nuevamente.

— Sí, pero sé que jamás lo harías. — río.

— No me tientes, Jungkook. — se sentó sobre sus piernas cruzadas en el colchón — ¿Qué haces aquí?.

— Vine a verte, ¿no es obvio? — el menor gateó por la cama del pálido y se acomodó dejando su cabeza en el regazo del rubio.

— Después de... mhmm... ¿cuatro? ¿cinco meses?... por fin te recordaste de mí, ¿eh? — reprochó mientras acariciaba el cabello del menor.

— Oh, ¿me extrañaste tanto? — se burló el pelinegro.

— ¡Ya quisieras! — jaló un poco las hebras de cabello que tenía entre sus dedos provocando un jadeo del menor y soltó una carcajada — No quería incomodarte, me pediste espacio y libertad, eso te estoy dando. — admitió.

— Yoon... hyung... — corrigió cuando vio que las caricias que su mayor le estaba dando se detenían — No me incómodas, si te pedí eso fue para este mundo, para lo que hacíamos, no para tí, no seas tonto.

— ¡Yah! Respeta a tus mayores. — el menor soltó una carcajada.

— Te extrañé. — suspiró.

— Mentiroso, no creo que me extrañaras taaanto si ahora tienes a alguien bajo tus redes. — sintió como el cuerpo de Jungkook se tensó sobre su regazo — ¿Qué? ¿Pensaste que no sabía?.

El menor quitó su cabeza del regazo del rubio y se sentó frente a él.

— ¿Cómo...

— Tú sabes cómo.

— Oh, recibiste mi regalo. — Jungkook unió los puntos.

— Sí... — los recuerdos de la noche anterior llegaron a la mente del rubio y palideció más, si eso era posible. — Mierda.

— Oye, qué grosero... ¿tan bueno estuvo?.

— ¡¿Qué?! ¡No!... Bueno sí, pero no es eso, joder... — el mayor se paró de cama — Creo que la cagué anoche.

Jungkook se empezó a reír a carcajadas sobre la cama del mayor.

— ¿Qué te parece gracioso, idiota?.

— Tú cara, ¿qué hiciste? debe ser tan malo porque la expresión de tu rostro es graciosa, nunca antes la había visto.

— Anoche...

Las palabras de Agust fueron interrumpidas por algunos sonidos que provenían de la cocina, se escuchó algunas ollas sonar. Ambos chicos salieron del cuarto expectantes por encontrar a la persona que estaba siendo ruidosa.