I SEE RED | YOONTAE

14: Killa

Poco a poco la adrenalina iba dejando su cuerpo, adrenalina que solo aparecía cuando estaba junto al rubio, y junto a ella las palabras seguridad y protección también recorrían sus venas.

Taehyung se encontraba echado en la cama en la cual había despertado unas horas atrás, con las piernas colgando de esta y mirando el techo, recordando paso a paso, palabra tras palabra, todo lo que había sucedido desde que puso un pie en la mansión del Señor Choi la noche anterior.

Él había escuchado bien.

Quizás su mente no haya estado clara al 100%.

Quizás su cuerpo no le respondía.

Pero ahora sabía de lo que era capaz su esposo por un poco más de poder.

Vamos, Taehyung ya lo sabía, si lo vio acostándose con su hermana menor, sabe la mierda de persona que es.

Sin embargo, en su corazón aún existía esperanzas de que no fuera tan malo, que hubiera una parte de Bogum que lo haya amado, aunque sea en lo más mínimo.

¿Puede alguien culpar a Taehyung?

¿Alguna vez han amado a alguien con todo su ser? ¿Con toda su alma?

Una persona enamorada muchas veces se vuelve ciega, en ocasiones sorda y muchas veces muda cuando la persona que ama la daña.

Como dicen por ahí...

El amor nos vuelve idiotas, los idiotas más grandes del mundo... o del universo.

Taehyung ahora tenía claro el ser perverso que era la persona que amaba, pero qué podía hacer, su corazón aún protegía a ese idiota.

Unas lágrimas amargas resbalaban por su mejillas y morían entre las sábanas de aquella cama, su pecho dolía, quería gritar, tirar de su cabello hasta arrancárselo de raíz, si tan solo pudiera meter sus uñas y sacarse el corazón para aliviar el dolor al menos unos segundos, Taehyung lo haría.

Pronto unos golpes en una de las puertas hizo que su burbuja de dolor explote dejándolo salir para enfocarse en el sonido.

Cuando se levantó de la cama conectó la mirada con el rubio, quien se encontraba apoyado en la puerta de esa habitación con los brazos cruzados y observándolo.

¿Cuánto tiempo llevaba ahí?

El moreno quiso hablar, pero antes que pudiera hacerlo Agust se dio la vuelta y caminó hacia una de las puertas, la cual estaba siendo golpeada sin parar. Kim decidió seguirle hasta cierta parte del lugar, quedándose a una distancia prudente del mayor.

Dos voces discutiendo se lograron oír mientras más cerca de la puerta estaban.

— Señor, le estoy diciendo que no puede entrar...

— Déjame en paz, Félix, o te haré un bonito hueco en la frente, estoy seguro que la vista de tus sesos...

— Deja a mi empleado en paz, Min. — Agust abrió la puerta y Taehyung pudo observar a un chico peligris... quién por alguna extraña razón se le hacía conocido. — ¿Qué escándalo es este?

— ¡Tú! ¡Maldito cabrón! — dijo el peligris apuntando ahora a la cabeza del rubio y adentrándose en el lugar.

— Señor, lo siento... no pude detenerlo... — dijo Félix agachando la cabeza.

— Está bien, Félix. Déjanos solos, anda a atender el bar. — ordenó Agust cerrando la puerta aún con el peligris apuntando hacia él.

Taehyung estaba buscando en sus recuerdos de donde conocía ese rostro, estaba seguro de que lo había visto en algún lado anteriormente.