🥀━━━𝐙𝐖𝐎̈𝐋𝐅

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CAPÍTULO 12

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CAPÍTULO 12

SERENDIPIA

AXEL

«—¿Quieres desvelarme? ¿Encontrar todas las grietas de mi mente? ¿Alabar mi cuerpo y consumir mi alma? Entonces búscame, acércate, encuéntrame vulnerable, solo así se muestra la verdadera cara de un humano

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«—¿Quieres desvelarme? ¿Encontrar todas las grietas de mi mente? ¿Alabar mi cuerpo y consumir mi alma? Entonces búscame, acércate, encuéntrame vulnerable, solo así se muestra la verdadera cara de un humano.»

Era la tercera vez que soñaba con esas palabras. Incluso las había escrito, pues me parecían tan encantadoras que no podía dejarlas pasar. Que fueran repetitivas era suficiente señal para que le prestara atención finalmente a lo que decía el mundo oculto de los sueños. En esos sueños me hablaba con voz suave, como la melodía de un piano. En la música, los modos musicales se tratan de un tipo de escala con características melódicas distintivas: son las que transmiten sentimientos. Esa es la explicación más breve y la única que me limitaré a dar. Su voz en mis sueños era como una melodía entre el modo Dórico y Jónico, pues era tan melancólica como entusiasta.

En mis sueños y realidad su voz era así. Maxine Delacour, ese es su nombre.

Podía ser el nombre de una celebridad, incluso un pseudónimo, o un personaje de libro. Pero era el de ella específicamente. Lo repetía en mi mente hasta que parecía un mantra personal. Era tan melodioso siendo arrastrado por la voz hasta del más odiado. Pero en este caso, era mi propia voz la que lo repetía. Maxine Delacour, a la que le molestaba de sobremanera la injusticia sobre otros. Maxine Delacour, la bailarina de ballet, francesa, nueva en el pueblo y en boca de varios, cosa que ella no notaba por andar absorta en sus propios divagues.

Maxine Delacour, la casi pelirroja que vigilaba desde su llegada a Mittenwald.

Cómo ahora, me hallaba sentado contra uno de los grandes árboles que había frente a la biblioteca, pues esta quedaba pasando la calle opuesta a dónde estaba: los terrenos casi desolados del parque, donde unos pocos paseaban con sus perros o simplemente caminaban para despejar sus mentes. Las rejas alambradas rodeaban el perímetro de este eran perfectas para que no notara que yo estaba ahí.

KLEIST - [Siniestros Pecados 1]Where stories live. Discover now