🥀━━━𝐃𝐑𝐄𝐈𝐔𝐍𝐃𝐙𝐖𝐀𝐍𝐙𝐈𝐆

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CAPÍTULO 23

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CAPÍTULO 23

TORCIDO

MAXINE

Había convivido con un demonio durante un mes y jamás lo noté

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Había convivido con un demonio durante un mes y jamás lo noté.

Ahora, ese demonio estaba por lógicamente asesinar a Lily. ¿Qué era lo peor de la situación, aparte de todo?

Que no podíamos hacer nada por ella y de intentarlo lo más probable es que las consecuencias fueran graves. Por eso, cuando sentí que Wanda parecía al borde de un colapso por esa revelación, la mantuve tras de mí. No habló y lo agradecí.

Igualmente estábamos muy impactadas como para compartir opiniones de lo que sucedía ante nuestros ojos.

Isabella Clark... Un demonio.

Su vestido se ondeaba a cada movimiento, la magia, esa oscuridad podía olerse en el aire. Apestaba a azufre y todas esas flores del jardín. Sentía una quemazón en el estómago y el sabor ácido y metálico en la garganta, como si estuviera a punto de vomitar. Sus garras acariciaron el largo cabello naranja de Lily, su rostro pálido, perfecto como una estatua de mármol, sus párpados se abrieron, como si esas garras afiladas y ennegrecidas le hubiesen arrancado toda la anestesia de su sistema, pero al mismo tiempo la tuviera a su merced.

Lily no reaccionó de manera agresiva ante lo que la rodeaba. Mucho menos que Isabella la instara a sentarse. Como si nada más existiera, Lily la miraba sin temor alguno.

Con las garras le cortó la tela del vestido, dejándola desnuda del torso con el cabello cayéndole sobre las clavículas, sobre el pecho como un manto inmaculado brillando aún más por las luces candentes de las antorchas.

Al contrario que los demás, Isabella no la seducía. No. Sólo la miraba, los ojos de Lily clavados en los de ella, como si no hubiese nada en el mundo más que ambas.

«Te devuelvo a tu reino, mortal que has sido arrebatada de las tierras de los fallecidos. Te devuelvo el descanso y entrego este cuerpo divino al señor de las tinieblas. Te devuelvo a tu reino, te hago una con la muerte.», susurró Isabella con una voz que sonaba incluso diferente a la que yo conocía. Eran ronca y femenina a la vez. Era miel y una lija. Era fuego y oscuridad.

KLEIST - [Siniestros Pecados 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora