🥀━━━𝐅𝐔̈𝐍𝐅

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CAPÍTULO 5

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CAPÍTULO 5

AZUL ELÉCTRICO

MAXINE

—Luces terrible, baguette —recalcó por enésima vez Izzy, en medio de nuestra clase de biología

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—Luces terrible, baguette —recalcó por enésima vez Izzy, en medio de nuestra clase de biología.

—Dime algo que no sepa... —mascullé perezosamente.

Yo me había levantado con el pie izquierdo en todo sentido; Tía Cher me había despertado al poner sus frías y mojadas manos en mi nuca, además de hablar lo suficientemente fuerte y claro como para hacer que mi coronilla casi se estampara contra su barbilla. Había estado tan adormilada que olvidé ponerme la corbata del uniforme o ponerme algo de brillo labial en los labios. Era un desastre, más porque había olvidado ordenar mi cuarto las veces que correspondía. Por ello había estado en casi todas las explicaciones de mis primeras clases enterrándome las uñas en las palmas de las manos por la desesperación, además de que por no dormir en mi cama en una postura correcta mi cuello dolía como los mil demonios si tenía la intención de moverlo, aunque fuera para ver el rostro de mi compañera, quien decoraba mis apuntes sin ganas, pero de letra pequeña y redonda.

Incluso con algo de corrector líquido corrigió con suma calma una que otra palabra en alemán que había escrito con mala ortografía e intentando que su letra se pareciera a la mía escribió las letras correctas. Necesitaba la calma con la que Izzy trabajaba en estos momentos.

Necesitaba su calma anoche. La necesitaba tanto que no sabía si contarle el incidente de la ventana, el cuervo y ver a los Kleist tan tarde rondando por ahí. No dormí bien, me despertaba repetidas veces bajo aquella sensación de paranoia constante, además de que los pensamientos en mi cabeza no dejaban de revolotear en teorías.

Las voces en mi cabeza susurraban que investigara qué demonios sucedía. Y como una idiota—pero estando conforme con eso— yo lo haría.

Mientras que me sobaba el cuello con algo de dolor, Izzy no dudó en ofrecerme uno de sus auriculares blancos, pues el profesor de la materia no estaba en el salón y todos realizaban el trabajo como querían, dispersos por el amplio salón y pulcramente pintado de blanco.

KLEIST - [Siniestros Pecados 1]Där berättelser lever. Upptäck nu