CUMPLEAÑOS

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Estábamos a una hora de salir de trabajar pero recibí una llamada de Gerardo, se me hizo algo muy extraño pero contesté.

—Ven a casa rápido. — Fue lo primero que dijo.

—¿Por qué? — Le dije a Adam con señas que era mi hermano. —Tengo cosas que hacer, festejaré mi cumpleaños con Adam. — Avisé por si ellos tenían algún plan, debían decirme para invitar a Adam.

Aunque no era posible, yo no pasaba mi cumpleaños con ellos, yo iba a casa un día después.

— Está ardiendo troya aquí, ¡No sabes quién se apareció en la casa! — Estaba asustado.

—No me digas que quieren embargarles otra vez. — Me quejé, Adam parecía preocupado.

—Podemos ir allá. — Adam me susurró.

—¡No, no, nada de eso! — Gerardo negó. — El papá de Alejandro y su hermana están aquí.

Dejé de respirar, esto era un gran problema, Adam no podía verlos porque ya los había visto en el funeral, los reconocería.

—Escucha, no puedo ir de inmediato, estoy trabajando y la jefa ya me tiene supervisada, pero no me cuelgues, acerca el teléfono, quiero escuchar lo que digan. — Me alejé de Adam y me puse detrás de mi computadora para que Tabata no viera que estaba en el teléfono.

— Está bien, escucha. — Gerardo guardó silencio y se acercó a mis padres, quizá estaba a su lado porque se escuchaba todo muy bien.

—Entiendo su preocupación. — Respondió mi madre. — Pero nuestros hijos ya son adultos y saben lo que hacen.

— Primer punto. — Inició el padre de Alejandro. — Deje de decirme consuegro porque ustedes y nosotros ya no somos familia. — Dijo en tono seco.

—Como quiera señor. — Mi madre era amable. — Pero bueno, usted llega aquí diciendo muchas cosas de mi hija ¿Qué hizo? Dígame.

—¿Usted cree que tiene sentido que una ex esposa trabaje para su ex esposo? — Preguntó el padre de Alejandro.

—No tiene nada de malo, ellos arreglaron sus diferencias y si pueden convivir en paz, entonces que así sea. — Era la voz de mi padre. — Ellos se divorciaron pero saben que pueden contar el uno con el otro ¿No creen que así es más sano?

—No creo. — Ximena habló. — Ana está ahí porque ya sabemos que es una caza fortunas.

—¿¡Disculpa!? — Se escuchó a Fernanda alterada.

—Seamos honestos. — Respondió el padre de Alejandro. —¿Ana hubiera buscado o hecho las pases con Alejandro si su negocio anduviera mal? — El señor comenzó a reír. — Si por eso lo dejó.

—Ustedes no saben lo que pasó. — Cerré los ojos rogando que mi madre no dijera nada.

—Ni nos interesa, señora. — El padre de Alejandro no la dejó hablar. — Sólo vengo a pedirles que se alejen de mi hijo, que Ana lo deje en paz, por la salud mental de Alejandro. Y quiero que les quede claro a todos ustedes que ellos jamás volverán a estar juntos, ellos dos ya terminaron y mi hijo se casará con Elizabeth. Mi hijo ya sufrió suficiente por haberse casado con la mujer incorrecta, encontró a la correcta ahora y mírenlo triunfar.

— ¡¿Quiere decir que Alejandro no triunfaba porque se casó con Ana!? — Mi madre gritó.

—¿No han notado que fue así? — Se burló Ximena. — Después del divorcio mi hermano tuvo éxito.

—Claro que sí, pero fue por Ana. — Fernanda aclaró. — Ella lo apoyó, le pagó las investigaciones, los equipos, los programas, le daba de comer, ¡Ella pagaba la renta y todo lo demás para que él se dedicara a desarrollar sus aplicaciones y pudiera triunfar! ¿Usted cree que Alejandro habría fundado su empresa sin Ana?

Soltera divorciadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora