PRESENTACIÓN

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Observé como la sala de juntas se llenaba, no podía controlar mi respiración.

—Debes tener cuidado, ellos son algo rudos. — Berna me sonrió sinceramente y yo asentí.

—La reputación de nuestro equipo depende de tí. — Tabata me miró amenazante. — Quiero todo a la perfección, no aceptaré ni un sólo error. ¿Entendiste?

—Si, jefa. — Sonreí sintiendo que me iba a morir.

Berna y Tabata caminaron hacia dentro de la sala de juntas, me sudaban las manos, Adam estaba a mi lado.

—Esto no tiene sentido. — Luisa me miró con desprecio. — ¿Cómo pueden encargarle a una pasante algo así? — Siguió a Tabata.

—No le hagas caso. — Adam me sonrió confortándome.

Habíamos pasado la cena y casi toda la noche ensayando lo que iba a decir, me dió algunos tips, pero ahora todo me daba vueltas, sentía la mente en blanco.

—¿Y si me equivoco? — Comencé a hiperventilar. — Estoy muy nerviosa.

— Hagas lo que hagas no actúes así frente a ellos. — Adam me ordenó. — Si te equivocas sólo tú lo sabrás, nadie sabe lo que tienes que decir, si es muy evidente sólo pide disculpas, di lo correcto y sigues con la presentación. Confía en ti misma como siempre lo haces.¿Está bien?

—Sí. — Sonreí un poco más calmada.

El elevador se abrió con Alejandro, Héctor y Elizabeth.

Caminaron directo a la entrada de la sala y Alejandro se detuvo un segundo a mirarme, no dijo ni hizo nada, sólo miró y después entró.

—Hola, Ana. — Elizabeth me sonrió y yo le sonreí de vuelta.

—Tranquila, lo harás bien. — Me susurró Adam y entró a la sala, ya todo estaba listo, sólo faltaba yo.

Tomé aire y entré decidida a la sala de juntas, nadie parecía prestarme demasiada atención, estaban revisando el informe que tenían en las carpetas que yo misma acomodé esta mañana.

Adam estaba a cargo de pasar las diapositivas, cuando yo entré y me posicioné frente a todos, Adam apagó las luces y prendió el proyector, pasaron unos segundos para que se pudiera ver claramente la presentación.

Todos dejaron las carpetas sobre la mesa y me miraron fijamente poniéndome total atención, esto era más fácil en la escuela, sabías que tus compañeros no te prestaban atención, pero este momento era real, no dependía de sacar un seis para pasar, aquí era un sí o un no rotundo.

—Buenos días, yo soy Ana Torres. — Inicié con cordialidad. — Del departamento de marketing, soy pasante en esta empresa. Comenzaré con la presentación del hotel Maldiva sobre eventos de boda. — Respiré hondo, me armé de valor y asentí mirando a Adam, él cambió la diapositiva. — Bien, con esta propuesta las parejas tendrán un momento para disfrutar, una boda es estresante y lejos de disfrutar el evento siempre están estresados tratando de que todo salga perfecto. Así que se olvidan de lo más importante, se olvidan de por qué están ahí. Se olvidan de cuando se conocieron, cuando se enamoraron ciegamente. — Tomé aire de nuevo para seguir. — Cuando eso pasa, cuando alguien se enamora, no puede ver otra cosa más que a esa persona. Esa persona es única y uno siente que son el uno para el otro. — Miré a cada una de las personas dentro de esa sala y mis ojos se detuvieron en Alejandro, él estaba igual de atento que todos los demás. — Luego de convertirse en lo más especial el uno del otro, nace el matrimonio y aunque esa venda del mundo perfecto caiga y aunque haya muchas discusiones… sólo por esos momentos preciados pueden seguir adelante. — Las mujeres parecían fascinadas, los hombres un poco desinteresados. — Esto es el esbozo de la presentación de hoy. — Sonreí, Adam cambió la diapositiva. — Además del precio, la decoración fuera de lo común, porque eso es lo que realmente importa, que tu boda sea distinta a lo tradicional, jugaremos con los gustos, los colores y lugares. Pero lo más importante va a ser esto. — Señalé la diapositiva. — Además de la sesión fotográfica, se hará un dibujo realista de la pareja. — Miré al rededor nuevamente, el dueño del hotel tenía una mueca de desagrado, pero Adam sonreía.

Soltera divorciadaWhere stories live. Discover now