Capítulo 23

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Volver al restaurante semanas después de perder al bebé. Fue lo mejor que pude hacer para mi estado de ánimo.

Todos en el restaurante me recibieron con palabras de aliento y consuelo.

Había estado ausente por dos semanas a petición de Stephen y Heather, quienes se enteraron a la mañana siguiente que me encontraba en el hospital por el bebé. Se preocuparon demasiado, que hicieron que me quedara en casa para que cuidaran de mí.

Se sintieron culpables por no darse cuenta que estaba embarazada, como iban a saberlo.

Si yo misma desconocía que lo estaba.

Nadie era culpable.

Como tantas veces Valentino me lo ha recordado.

Y sus palabras me hacen sentir mejor al pasar los días cuando mi mente me traiciona y la realidad de que nunca tendremos a nuestro bebé en brazos me golpea mi rostro como la fuerza de un huracán.

- ¿Todo está bien entre ustedes? – Zaheera dice a mi lado.

Esperando los platos con pasta para la familia de la entrada.

La veo por el rabillo del ojo, recostar su cuerpo sobre su brazo que está encima de en la barra de la cocina.

Menea su melena castaña atada en una cola de caballo, me hace mirarla.

- Sí – Coloco mi mano sobre mi cadera.

- ¿Y? – Levanta las cejas oscuras en repetidas ocasiones

- ¿Y qué? – Cruzo los pies.

- ¿Han tenido sexo? –

- ¡Zaheera! – Grito indignada.

- ¿Qué? Nadie se puede resistir a ese Dios italiano del sexo como lo es Valentino. Tu misma me lo has dicho. –

- Bueno. Porque lo es – Me encojo de hombros conteniendo las ganas de sonreír ampliamente.

- No ha pasado nada. –

- Pero resolvieron lo de que él te era indiferente después lo del aborto, ¿no es así? –

- Sí. Pero no queremos presionar las cosas. Tiene asuntos que resolver. –

- Con asuntos que resolver, te refieres a deshacerse del imbécil que secuestró a Jessie e intentó matarlo. Entiendo que esté dándose el tiempo para retomar el amor apasionado que sienten el uno por el otro. –

- Sus hombres no saben a dónde ha ido desde que se marchó a Italia. Y quiere ... –

- Asesinarlo – Zaheera termina la oración por mí.

- ¿Por qué tiene que ser tan difícil ser felices? –

- No lo sé, amiga. Pero el amor es así de complicado. Que prefiero ser soltera por siempre, porque no sé si resistiría enamorarme de un hombre tan complicado como Valentino. –

- Tal vez si Valentino no fuera el líder de una de las mafias más peligrosas de Italia, lo nuestro seria menos complicado. –

- Pero lo amas tal cual es Valentino, ¿no? –

- Lo amo de una manera en la que no puedo explicar – Extrañaba las conversaciones con Zaheera.

Donde me hace ver que mi amor por Valentino es real.

Nuestro amor es perpetuo.

Por más difícil y complicada que se vuelva nuestra vida, permaneceremos juntos. Porque él, nosotros merecemos ser felices.

Peligroso DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora