Gritos de auxilio

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Narra Yahwi:

Toda la semana fue martirizante, ser tan popular muchas veces trae desventajas muy desagradables. El rumor se esparció en cuestión de simples horas, y mi desaparición repentina seguramente les confirmó cualquier sospecha. Si, había huido de mis problemas, pero no sabía qué más hacer. Desde pequeño aprendí a reprimir lo que sentía para asegurarme de que el mundo exterior no pudiera hacerme daño, traía puesta una coraza hecha de apariencias falsas basadas en lo que la sociedad aceptaba y veía bien. Por supuesto que un gay en este país y en muchos otros era una atrocidad, y para alguien que se ha escondido durante tanto tiempo, fue un golpe muy bajo.

Jooin había llegado a mi vida para darle luz, él me quería y parecía honesto cuando lo decía, sin embargo, no logré entender bien lo que quería y se alejó de mí como si nada, como si nunca hubiese sido feliz estando conmigo, o... porque los momentos infelices superaron las cosas buenas. 

Con la frustración retumbando en mi cabeza, estando irritado de tener que leer comentarios asquerosos en las redes sociales y con hambre retenida, dejo pasar al (muy probable) motivo de mis desgracias a mi hogar. Aparte de todas las cosas feas que me decían, habían unos que me trataban como si fuera un prostituto, sacaron todo aquel resentimiento que pudieron guardarme para atacarme con fuerza, al punto de que en dos ocasiones vinieron a tocar mi puerta para ver si les daba unos "servicios especiales". Entonces, pensando en esto, actúo a la defensiva y agarro la mano de Caín para pegarla a mi entrepierna, diciéndole las cosas groseras que les dije a los acosadores. Hago que lo apriete y lo sienta bien, tenía una cólera incontrolable.


Narra Caín:

-Yo no vine por nada de lo que me acusas, chico gato.

Con fuerza alejo mi mano de ahí y la llevo a su mentón para que se quede mirándome. Traía la expresión asustada y triste de antes, no... esta vez era peor. Esta hacía que mi corazón se estrujara. Él empieza a regatear y a seguir insultando en voz baja, pero no lo suelto. Es más, dejo ir mi rostro hasta el de él juntando nuestras frentes y clavando en sus ojos mi mirada serena, con esto va bajando la voz hasta que guarda silencio. Sus ojos eran bonitos, rasgados y color sol.

-Tal vez yo no te caigo muy bien, pero... creo que te sentirías mejor si te desahogas, ¿no lo crees?-. Noto que no está muy seguro de la idea, y pues desahogarse prácticamente con un extraño sería raro, quizás incómodo.

-Tengo una idea, empecemos de nuevo, ve a vestirte y haré algo de comer con lo que traje, dame una oportunidad de conocerte mejor, Yahwi.

Hasta mis palabras me sorprendieron, pero no podía evitar comportarme así, es algo que había estado pensando últimamente. Yahwi... este chico, llamaba mi atención, ahora dudaba si el amor que le tengo a Jooin era meramente fraternal.                                                                                     Con una respuesta afirmativa, me dirijo a la cocina a preparar la fruta en trocitos, las vacío en un par de tazones y voy a esperarlo en la sala. Minutos después, sale de su habitación con una ropa que para él podrá ser casual, pero era más presentable incluso que con la que me vine. Toma asiento y le recibo con una cálida sonrisa y su tazón en mis manos.

-Soy Caín, vengo de otro continente y mi idioma nativo es el inglés-. Extiendo mi mano para dársela como saludo de cortesía, él la toma y responde:

-Soy Go Yahwi... emm... heredé la fortuna de mis padres, me defiendo muy bien con tu idioma y pues... voy a la universidad como ya sabrás.

-Yahwi... ¿yo estoy relacionado con tu semana de ausencia allí? ¿Acaso tus amigos te hicieron algo malo?

Él deja de comer y guarda unos momentos silencio, luego suspira y me mira para comenzar a hablar de forma despectiva:

-Descubrieron que soy gay, es lo peor que me podría haber pasado, y todo por dejarme llevar de mis... ¡absurdos sentimientos! Jooin destrozó todas las ilusiones que tenía, todas las personas son iguales, son egoístas, incomprensibles, hipócritas. Yo no soy una santa paloma, solo que me gustaría que alguien me enseñara el lado bueno que se supone que tiene el mundo, creía que ese alguien era Jooin, pero me mandó a la mierda...

Me acerco un poco más a él y como algo de fruta. Con un trozo de manzana en la mano le respondo:

-No voy a negarte que la vida es difícil, pero... una manera de afrontarla, es vivir todo al máximo, sentir, querer u odiar. No hay que dejar que nos digan quién debemos ser, chico gato.

Mastico y trago la manzana y le doy un leve golpecito en el hombro.

-¿No estás más tranquilo sin tener que esconder eso más? Nada es para siempre, se les pasará. Además, tú debes estar con gente que te valore por lo que eres, el resto de personas no tienen por que importarte. Tú solo... disfruta y agarra todas las buenas oportunidades que se te atraviesen, no estás solo, estoy contigo, claro, si me dejas permanecer a tu lado...


Narra Yahwi:

Con solo escucharlo sentía un revoltijo en mi interior, como mariposas. Él era tan radiante, enérgico, efervescente, nada parecido a cuando lo ví en el restaurante. Estaba siendo sumamente lindo conmigo a pesar de todos los insultos y amenazas que le he metido. Ahora sabía las razones del por qué Jooin se había aferrado tanto a él.

De un momento a otros empecé a compararlos, desde su físico hasta lo que conocía de cada uno, curiosamente no se parecían en nada, pero cargaba sentimientos similares hacia ellos. A decir verdad, Caín no es el imbécil manipulador que creía, y Jooin me lastimó, cosa que no pensaba que pudiera ocurrir. Mientras lo observaba haciendo mis análisis en mi cabeza, pude descubrir que era alguien realmente atractivo, posiblemente donde vivía lo tenían harto por tantos fanáticos que admiraban su belleza.

-Bien... quédate, pero una vez que entres no te dejaré salir, ¿entendido chico perro?

Le reto con tono burlón, a lo que me responde con la misma mirada maliciosa que yo tenía.

-Apriétame tan fuerte como puedas, no hay problema.

Me levanto del sofá y me quedo de pie delante de Caín, luego me inclino para acercarme a su rostro.

-Espero que no estés insinuando lo que creo que insinúas con ese doble sentido, porque podrías llevarte una gran sorpresa...

Luego de decirle esto, él se acerca peligrosamente al punto de rozar nuestras narices.

-Chico gato... vámonos de la ciudad, y tengamos una cita~.


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Holii, quería agradecerles por todo el apoyo y sus comentarios, es un pasatiempo que me gusta mucho y ustedes me inspiran a seguir con esto, ¡lo/as quiero! <3

Donde ama uno, aman dos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora