¿Destino o paranoia?

2K 202 11
                                    

Era una mañana lluviosa, el frío invadió cada rincón del hotel excepto el espacio donde ambos cuerpos guardaban su calor, el gatito vanidoso era el peluche de felpa del adorable rubio, pues los brazos de este lo envolvían junto con todo su cuerpo, ninguno de los dos quería moverse por tanta comodidad que compartían. 

No había cosa más reconfortante para Yahwi que el calor del cuerpo humano, recordaba haber sentido las manos de Caín casi tan frías como el rostro de su madre aquel día, eso sumado con el temor de jamás volverlo a ver hicieron de sus días sin él muy angustiantes.


Narra Yahwi:

El triste y pálido rostro de mi madre aquel día recurrentemente había estado apareciendo en mis pensamientos últimamente, acompañadas de las palabras de mi abuelo que prácticamente me obligaban a no confiar en las personas y a pensar antes de actuar. Lo cual me hizo meditar si para su punto de vista, haber venido hasta aquí para buscar a Caín había sido una buena idea bien meditada, era la figura más cercana a una paternal que tenía y siempre busqué su aprobación, por lo que siempre fui cuidadoso y estudioso manteniendo siempre un alto estatus. Las palabras que escuché esa vez, sé que jamás se borrarán de mi memoria, significaba que mis padres habían confiado en quien no debían o fueron ilusos en alguna situación que se les presentó, no lo sabía con certeza pero... conectaba eso con lo que podía sentir el padre de Caín y me hacía llegar a comprenderlo en cierta medida. Como por simple obra del destino el rubio llegó a las vidas de Jooin y mía, además, salvó la vida del castaño poniendo su propia vida en riesgo, de alguna manera, mi suegro, sin sonar irrespetuoso, pudo pensar que nosotros estábamos engañando a su hijo para quien sabe qué cosas, y hacerle encariñar tanto con uno de nosotros como para arriesgar así la vida siendo que no lo conocía de mucho, podía no verse muy lógico. 

Por esto mismo, quería hablar personalmente con el padre de mi pareja, hacerle comprender mis intenciones reales y explicarle que todo pudo haberse tratado de una simple coincidencia aunque Caín dijera que había sido algo más. Quizás con algunas mentirillas podríamos estar juntos en paz nuevamente en Corea, pequeñas palabras que no le harían daño a nadie en realidad. Estaba dispuesto a darle todo al chico perro para que se sintiera como en casa, no le faltaría nada, una parte retorcida de mi cabeza decía que quería tenerlo sólo para mí, guardarlo en una cajita para que me acompañe y poder protegerlo de cualquier peligro que se interponga en nuestro camino, sin embargo, desde otro lado de mi cerebro opinaban que Caín debía hacer su propia vida también, que no debía acaparar todo su mundo porque al fin y al cabo no era una cosa que podía manipular. Este segundo pensamiento era el que estaba intentando aprender, quería que dejaran de tacharme de manipulador, nada más era un poquito posesivo y las personas incluido Jooin exageraban, no es como si por miedo a perder algo que consideraba mío había venido hasta acá, sentía que era amor e iba a demostrarlo.

-Llevas un buen rato pensando, ¿Estás bien?-. Me pregunta Caín a punta de unos susurros mañaneros que me hicieron estremecer.

-Si si, no te preocupes, es solo... que estaba pensando en tu padre...

-¿Eh? ¿En mi padre?

-Quisiera que me dejaras pedirle que regreses a Corea, o bueno si eso es lo que quieres, me gustaría hacerle saber que todo estará bien, que nada malo pasará porque el accidente nada más fue una coincidencia, nada de lo que deba dudar o asustarse-. De la nada siento como se aparta de mí y se acuesta enfrente mío mirándome con unos ojos de inocencia pero... rotos.

-¿Coincidencia Yahwi? Pero... te había dicho que fue obra del destino, yo no sabía lo que iba a pasar y mi cuerpo se impulsó, es que... ¿No crees en mí?-. Esa pregunta me hizo tragar saliva, sería más difícil convencerlo de lo que imaginaba.

Donde ama uno, aman dos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora