Labios sabor felicidad

3.7K 442 199
                                    

El fallo en la calidad de una puerta corrediza llevó a ese par a una situación  bastante conveniente. Caín, muerto de la vergüenza, se le aparta de encima viéndole desde arriba con las manos apoyadas en el suelo, y a pesar de estar desnudos y saber lo que estuvieron haciendo hace segundos, decide primero preguntarle:
-¿Te... lastimé?
Su mirada de preocupación lo hacían ver como un angelito, y para ojos de Yahwi, un angelito con un enorme misil entre las piernas, pues este, teniendo encima al rubio, no pudo evitar mirar hacia abajo. Esto lo nota Caín y con la cara rojísima se hace a un lado sentándose intentando cubrir ese titán con sus manos.
-Fue solo una reacción por... ¡las aguas termales! N-no quería incomodarte, lo juro chico gato...

Narra Yahwi:

Teniendo semejante miembro y tal perversión, no entendía por qué se disculpaba, cualquier otro pudo haber simplemente tomado mi cuerpo para satisfacer sus deseos, no sabía si no quería estar conmigo o... en serio estaba preocupado por lo que puedo estar sintiendo. Caín era una caja de sorpresas, tenía una cara perfecta, un cuerpo perfecto, unos buenos... brazos... en los que me gustaría envolverme para dormir.

-Estás seguro de que no quieres que nos encarguemos... ¿de esto?- Le señalo su entrepierna y la mía, y aún viéndole dudoso, le dedico una cara de seguridad para decirle:

-No vas a lastimarme, confía en mí-. Me pongo enfrente de él entre sus piernas, acaricio con suavidad su rostro y me dejo llevar dándole un beso fogoso en sus labios, en serio que lo deseaba, y la confirmación de que él también quería fueron sus manos en mis caderas.

Al usar mi lengua, siento una ligera agresividad de su parte, como si quisiera llevar el control del beso, pero no le iba a ceder el trono tal fácil, oh no, todo resultó con dos hombres igual de apasionados disfrutando de un jugoso beso. Siento sus grandes manos bajar con lentitud hasta mi trasero, sentí un leve cosquilleo de miedo porque era la primera vez que me tocaría cumplir este rol, nunca creí que lo aceptaría, pero este sujeto me hacía querer experimentar mil y un cosas.

-Préstame una de tus manos...- Le digo separándome del beso, y aprovechando mi lengua húmeda empiezo a lamer dos de sus dedos, no teníamos a la mano lubricante y aunque en el pasado he sido muy egoísta para estas cosas, era mejor no arriesgarme a no poder caminar mañana del dolor.

Sonrío de manera triunfal al ver la cara del chico perro, fijo con una mamada se volvería loco, pero eso ya sería después. Si, después, porque no quería que esta fuera la última vez.

-Ve con cuidado, es... mi primera vez por atrás.

Le advierto apenado. Siento deslizar sus dedos hacia mi lugar prohibido y al tener uno adentro me estremezco al punto de que escondo mi rostro en el pecho del contrario, se sentía raro y dolía un poco, dolió más cuando metió el segundo dedo, pero fue cuidadoso y lento hasta que mis jadeos demostraron costumbre. Mientras me dilataba allá atrás, me encargué de masturbarnos a la vez, sus suspiros me estaban volviendo loco por acción. Me acerco a su cuello y le dejo un chupetón que le duraría unos pocos días, luego tomo la valentía de pedirle que lo meta de una buena vez.

Narra Caín:

Al estar en esta posición, se me ocurre que podría hacerse daño más fácil, así que lo abrazo y con suavidad damos una vuelta reposándolo afortunadamente sobre una colchoneta, saco mis dedos de su cavidad y tomo mi miembro para acomodarlo bien. Voy metiéndolo de a poco estando atento a sus expresiones, fruncía el ceño de dolor y sus mejillas estaban al rojo vivo, entonces cada vez que parecía relajar su cuerpo, entraba otro poco y así.

-Si te duele o te incomoda algo... no dudes en decírmelo y pararé-. Le dejo en claro para proseguir con embestidas suaves y lentas, su cuerpo era tan cálido y tan apretado, agradecía que me haya dejado estar arriba, no sabía si podría estar listo para recibir, era cosa qué pensaría después.

Por ahora estaba enfocado en que a medida que pasaban los minutos, iba aumentando la velocidad de mis caderas con los gemidos roncos de Yahwi, era lindo y lucía rudo a su vez, provocando que ahora sea yo el que ataque su cuello y todo a mi paso, varias marcas le estaba dejando desde su pecho hasta su cuello, al igual que él dejaba clavadas sus uñas sobre mi espalda.

Con sexo desenfrenado terminamos la noche y caímos rendidos en brazos de Morfeo hasta que amaneció. Durante la mañana, todo fue de lo más romántico, besos por aquí, besos por allá, nada de repudio y surgían palabras bonitas que nacían en los corazones de ambos.
En el viaje de regreso a nuestra ciudad, me propone irme a vivir con él mientras podía conseguirme un espacio, yo acepto dichoso y agradecido, aunque eso significaría estar más lejos de mi amo.

-Encontré un lugar para quedarme amo, ¡le agradezco todo lo que ha hecho por mí!- le agradezco a Jooin con una reverencia, él acepta pero... parecía sorprendido y triste...

Él me ayudó a empacar mientras conversábamos, creía que tener una plática tranquila aliviaría lo que sea que le ocurriera, sin embargo nada daba resultado.
Finalmente estoy con mi maleta frente a la puerta, Jooin estaba recostado en el marco de ella con la cabeza agachada y sonrojada.

-Acaso ¿tanto extrañará a Caín, mi amo?-. Admitía que me dolía verlo así, así que tomo sus mejillas y le aseguro que no me alejaría de él, porque después de todo seguía siendo mi amo y lo quería. Mi sonrisa se esfumó por la sorpresa que me dio al decir sus siguientes palabras:

-Te vas... porque yo... ¿No correspondí tus sentimientos? Sé que eso debió doler mucho, y Caín... me arrepiento de haberte rechazado-. Me mira levantando su rostro y sujeta mis manos con fuerza. -¡No te vayas! Quiero que te quedes conmigo, perdón por haber sido tan idiota contigo, fui inconsciente... ¡pero ahora sé qué es lo que debo mejorar y el verdadero significado de querer a alguien! Así que... por favor... yo sé que tú me quieres todavía...

Atrae mi rostro hacia el de él mirándome con súplica, quería retroceder y disculparme pero no sé de dónde saca tanta fuerza para jalarme y besarme.

Donde ama uno, aman dos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora