Prólogo

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La Diosa Luna no se interpone en las decisiones de sus hijos.

Y el Destino es una deidad que se compadece de algunas almas miserables que merecían ser felices.

Tal vez el Destino es de corazón blando y en toda esta eternidad fue inculpado de ser cruel y despiadado; cuando siempre ha sido compasivo y amoroso, más que cualquier deidad existente... Pero los seres que lo han enfrentado juran a boca llena que aquello no es así, la humanidad es testigo de lo despiadado que puede llegar a ser, que hace llorar a una madre en el lecho de muerte de su hijo, que hace aullar a un alfa toda la vida después de que le presentó a su omega destinado para nunca más encontrarlo.

Pero; la Diosa Luna sabe...

Ella puede atestiguar sin dar cabida a la duda que la humanidad ha visto un solo lado de su ser.
Han gobernado esas tierras lobunas juntos desde que la Diosa creó al primer alfa y al primer omega entre miles de betas, y el Destino había creado aquel lazo invisible y milagroso que los unía, dándole vida así a los destinados.

Al principio fue fácil para un alfa encontrar a su omega destinado, y era considerado el obsequio sagrado más precioso de la existencia.
Porque aquel lazo que los unía una vez que era culminada con la marca del alfa que quedaba de por vida en el cuello de su amado omega; se sentían bendecidos por la sacrosanta mano de la gran Diosa Luna.
Se amaban de una manera que daba vida y energía al virgen mundo, creaban familias amorosas y la paz reinaba, porque no había nada que envidiar, y aunque siempre existieron los demonios, y con ellos la maldad, nunca tuvieron suficiente fuerza para separar a los destinados.

Existía el respeto, la empatía, la cordialidad; se creía en el amor puro y verdadero. De alguna manera aquella preciosa energía alimentaba el núcleo de su mundo haciendo nacer la armonía y la magia por cada parte de aquellas tierras lobunas.

Curaba a los enfermos y purificaba lo contaminado.

Las Diosa Luna y el Destino se habían felicitado por tan magnífica creación que lograron con la fusión de sus poderes.
Se enorgullecieron cuando vieron nacer al primer omega varón, tan dulce, tan delicado, una magnífica y rara criatura, los dos deidades lo bendijeron con el milagro de procrear como cualquier omega mujer y a los ojos de los lobos eran visto como un milagro viviente, una migaja de amor y magia que vivía entre ellos.

Los alfas estaban maravillados, y con la gran curiosidad de saber quién era el alfa tan afortunado de ser su mate. Con el tiempo siguieron naciendo más omegas varones y se volvieron tan comunes como cualquier otro.

Fue cuando empezó a multiplicarse alfas y omegas, esparciéndose de región en región, llegando hasta el profundos confines del planeta, lo que hizo que encontrar al alma destinada se vuelva imposible, todos vivían únicamente buscando a su destinado, pero aquel precioso regalo que el Destino les dio a los hijos de la Luna no era fácil de encontrar.
Pronto los lobos empezaron a emparejarse con cualquier criatura, un alfa con cualquier omega o beta que le parezca atractivo, hasta un alfa con otro alfa llegaban a mezclarse, sentían cariño y compartían sus vidas, pero nada se comparaba con aquella maravillosa magia que sentían los destinados.

El mundo seguía girando, los tiempos corrían, los híbridos iban evolucionando.

La maldad siempre existió, y con el paso de la evolución también se hizo fuerte.

La historia de la pareja destinada se volvió una historia para contar a los cachorros. Un mito que dependía de cada uno si creer en ella o no.

Dejaron de creer en la magia, los científicos demostraron que el mundo no gira gracias a la energía del amor puro. Y es que era completamente estúpido de sólo pensarlo, pero era esa magia que alimentaba el amor para seguir tocando el corazón de cada lobo, de dar fuerza a cada manada para que sus virtudes sean vitales y puros... pero se habían opacado, hasta extinguirse.

Los lobos dejaron de creer que el amor es importantes . Que sólo con el destinado podían encontrar la dicha máxima, se encajonaron en una rutina repetitiva, buscando en las calles o en bares nocturnos; un alfa, un beta, o un omega que sea de su gusto y que su lobo acepte.

Seguían habiendo encuentros de destinados, pocas; muy escasas en realidad.
Ya nadie buscaba a su compañero, eran encuentros casuales, pero si aquel serendipia ocurría el alfa reclamaba a su omega en el momento que su lobo lo identifica, sin siquiera saber su nombre lo envolvía en sus brazos demandando entre gruñidos que ese omega le pertenece, llegando a asustar a la casta más baja.

Por suerte los omegas son criaturas hechas para los orgullosos y posesivos alfas, tenían el don de calmar, su delicadeza y aroma suave eran el punto débil del más fuerte. Son mansos, cariñosos, indulgentes y comprensivos, nacen sabiendo perdonar porque conocen la naturaleza de un alfa, saben lo celosos y posesivos que son, tanto que pierden la razón cuando su lado salvaje se apodera de sus cuerpos.
Porque los alfas son todo lo contrario a la especie omega, y aunque pueden adoptar el respeto, y ser muy cariñosos en la intimidad, entre los dos castas solo la traición es imperdonable, no importa que tan bondadosos sean sus corazones, nunca toleran el engaño.

Pero era tan escaza el encuentro de destinados, el mundo se había entristecido, ya casi no había ese amor poderoso que movía montañas y le devolvía la alegría y la esperanza a los lobos que llegaban a la longevidad creyendo en el alma gemela.

🌻☀️

Tal vez un omega hijo del Destino y un alfa, hijo de la Diosa Luna debían encontrarse y nunca más separarse.

Después de todo, uno debía haber muerto y el otro estaba sentenciado a deambular solo y desesperado para siempre, porque a su destinado lo habían condenado antes de nacer.

Pero bien dicen que el Destino es caprichoso, nunca hace lo que se supone que debía hacer.

Tal vez la pareja destinada era la fuerza vital, la magia que emana el acto de amor incondicional lo que el mundo necesitaba para purificar su núcleo y volver a dar esperanzas de que el amor puro e inquebrantable aún existía.

...

— ¿Alfa?

— ¿Si, mi precioso omega?

— ¿Tú me amas?

— Como no tienes idea. No me dejes solo pequeño. Me voy a morir sin ti... Te amo Gulf.

— Yo te cuido mi alfa... Te amo Mew.

[MG]

HIJO DEL DESTINO. Hablemos de amor.        ☀️🌻Where stories live. Discover now